miercoles 27 de septiembre del 2023

Fiestas electrónicas, el descontrol controlado

La mañana del sábado 16 de abril de 2016, Argentina se convulsionó cuando se conoció la noticia de que cinco jóvenes habían muerto en la fiesta Time Warp de Costa Salguero. Fueron muchas las hipótesis que se manejaron en primera instancia, pero luego de un escueto periodo de investigaciones los peritos determinaron que todas las víctimas habían muerto por un consumo politóxico que no fue controlado en forma adecuada. La fiesta no estaba preparada para afrontar este tipo de casos ya que no contaba con atención médica adecuada y el personal de seguridad no estaba capacitado para ayudar a la gente. Como suele pasar, las soluciones y precauciones llegaron tarde.

Los controles y el Fallo Arriola

A partir de los traumáticos hechos registrados en el país, Rosario cuenta con un protocolo para eventos musicales masivos que, entre muchos otros requisitos, tiene estipulado un control exhaustivo en el ingreso y en el interior de los recitales, en los que participan uniformados de Gendarmería Nacional, Policía de Seguridad Aeroportuaria, Policía Federal y Policía de Santa Fe.

Rosario Nuestro entrevistó a diferentes autoridades de esas reparticiones y todos coincidieron en que los operativos están orientados a controlar a los consumidores y perseguir a los traficantes. “Buscamos desalentar el ingreso a los establecimientos con estupefacientes. Depende del fiscal de turno, pero nosotros tenemos la orden de que a los consumidores se les aplique la jurisprudencia del fallo Arriola”, explicó en off uno de los coordinadores de los operativos.

Cuando el policía habla del fallo Arriola, hace referencia a un dictamen de la Corte Suprema de Justicia de la Nación por el cual quedó trunco el artículo 14 (segundo párrafo) de la Ley N° 23.737 —conocida como la Ley de Drogas—.  Esto determinó que es inconstitucional castigar a una persona adulta por portar drogas para consumo personal.

De acuerdo al relato de los uniformados, los controles comienzan en la puerta, donde el público es cacheado. Los encargados de los operativos consideran que en este tipo de eventos hay una idea generalizada de que todo está permitido, y esta concepción es uno de los principales escollos para moderar el “descontrol que reina en las fiestas electrónicas”, explicaron.

Los miembros de los operativos de seguridad cuentan con herramientas para peritar el material incautado y así determinar si se trata de droga. “Se realiza una prueba preliminar de campo con un reactivo químico, para establecer si es un estupefaciente y su grado de pureza. Si da positivo, transferimos el caso al fiscal en turno”, señalaron.

Pero los controles no se terminan ahí. Según un alto vocero de la Policía Federal, tanto en la puerta como en el interior de las fiestas trabajan policías de civil entrenados para identificar a los dealers que venden estupefacientes dentro del lugar. Ellos son el principal objetivo de los investigadores. “Nos tocó detener a gente que llevaba la droga en el bolsillo. Esto confirma nuestra teoría de que hay una concepción de que vale todo y es lo que queremos erradicar”, señaló.

Los requisitos previos

En el decreto firmado el año pasado por las autoridades municipales se estipulan reglas claras para la organización de eventos musicales masivos. Entre otros requisito, se exige la contratación de servicios privados de seguridad y atención médica; plan de contingencia y evacuación; pabellones sanitarios; protocolo de actuación ante intoxicaciones y emergencias sanitarias; expendios gratuitos de agua en diversos puntos del predio y difusión de información sobre los riesgos asociados al consumo problemático de sustancias psicoactivas.

Último antecedente

El sábado 9 de septiembre un hombre de 33 años fue detenido en un operativo de incógnito realizado por la Brigada Operativa Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones. Según explicaron fuentes del caso, ocurrió en Metropolitano, en la previa de una fiesta electrónica donde un hombre le ofreció drogas a un policía de civil que estaba realizando tareas de inteligencia. El vendedor fue arrestado y se le secuestraron 24 dosis LSD.