Fernando Pipo Carlomagno le dio este lunes la primera medalla de plata a la delegación de Argentina en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020, al terminar la carrera decisiva de la especialidad 100 metros espalda S7 en la segunda posición, detrás del ucraniano Andrii Trusov, quien se llevó el oro.
El nadador rosarino de 28 años entró en la historia de ese deporte en Argentina, porque la última medalla de plata la había cosechado Guillermo Marro, en Atenas 2004, en la misma categoría.
Tras completar la distancia en 1:08.83, registro que fue apenas 69 milésimas superior al del ganador, Carlomagno no sólo batió el récord paralímpico en su serie y logró su primera medalla en torneos de este tipo, sino que le dio a la delegación argentina la tercera medalla en estos Juegos.
Las anteriores conquistas argentinas en los Paralímpicos de Tokio fueron de bronce y las lograron Antonella Ruiz Díaz, en lanzamiento de bala F41, y Yanina Martínez, en los 200 metros T36 de atletismo.
En la final de 100 metros espalda S7 también participaron el neuquino Iñaki Basiloff y el porteño Lucas Poggi, quienes terminaron séptimo y octavo, respectivamente, y sumaron un diploma paralímpico. El ucraniano Trusov, ganador de la competencia, obtuvo el nuevo récord del mundo. El podio lo completó el israelí Mark Malyar.
El nadador rosarino lleva la natación y el deporte en la sangre. Su padre, Fernando Carlomagno, participó en los Juegos Paralímpicos de Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004, mientras que su mamá es profesora de educación física.
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