miercoles 15 de mayo del 2024

Fenómeno de fe: una multitud se congregó este martes en Pichincha para recibir la bendición de Leda

La mujer integra el grupo de oración Soplo de Dios Viviente y este martes, en el templo Inmaculada Concepción de Ricchieri 280 generó, una enorme expectativa traducida con gente que llegó el lunes a la tarde y pasó la noche en las inmediaciones del templo.

En el último tiempo, Leda, la mujer integra el grupo de oración Soplo de Dios Viviente, generó un fenómeno de fe, en momentos donde la angustia y desazón parecen apoderarse de la gente.

Este martes, su presencia en el templo Inmaculada Concepción de Ricchieri 280 generó, una enorme expectativa que se tradujo en una interminable cola de gente que llegó este lunes a la tarde y pasó la noche en las inmediaciones de la parroquia, buscando su bendición.

“Esto es el fruto del paso de Dios en esta comunidad”, comentó Leda a los periodistas que se acercaron al templo del barrio de Pichincha.

En tanto, sobre la gente que la califica como “sanadora”, señaló: “Eso no es importante. Lo importante es que cuando uno tiene un encuentro personal con Dios, va como resolviendo todas esas incógnitas”.

Mientras que al ser consultada sobre que la motiva de cada encuentro que se da con la gente los martes, aseguró: “Los milagros, aunque no puedo decir milagros porque en realidad eso se va viendo con el tiempo, pero sí, los cambios, las sanaciones, las historias. Es un antes y un después. Todo eso me impulsa a seguir adelante. Y me demuestra que todo es posible”.

En esa línea, también se refirió a las situaciones en las cuales los fieles se acercan con problemas de salud: “El tema es saber que yo no voy a poder solucionarlo. Pero sí sé a dónde voy y quién me acompaña. Entiendo y entendí desde siempre que, que Dios es el camino, la verdad y la vida y el que cambia la historia del hombre. Esto es lo que yo transmito. Creo que lo transmití bastante bien”, aclaró.

En el ida y vuelta con los periodistas Leda recordó su camino de revelación comenzó hace ocho años, “en un momento normal de mi vida, rezando, una coronilla”.

Si bien generó una verdadera revolución de fe, ella asegura que “vivo el día a día. Mi vida es normal. Yo salgo de acá, llego a casa, y los chicos, la escuela, el trabajo, o sea, no vivo de esto. Tengo una vida totalmente normal”.

Finalmente, Leda dejó un mensaje: “Que Jesús está vivo. Que está en medio nuestro. Y que hay que disponerse para poder recibir toda esta salvación”.