La intendenta Mónica Fein encabezó el acto de apertura de sesiones ordinarias en el Concejo de Rosario. Por última vez en su gestión, la mandataria local dio un discurso enmarcado en el feminismo, la anticorrupción y las inversiones en salud durante su Gobierno.
«En 30 años no tenemos una sola mancha de corrupción en nuestra gestión», expresó la intendenta con respecto al socialismo. Y agregó: «Ésta es la ciudad de diálogo, en donde más allá de las diferencias, siempre logramos el respeto. Es un valor que Rosario debe mantener, la ciudadanía nos demanda respuestas concretas. No traigamos a la ciudad lo que tanto daño le ha hecho al país los últimos años».
Hablando más profundamente sobre su gestión, Fein afirmó: «Cada uno de los compromisos asumidos han sido cumplidos. Hemos realizados obras en cada barrio. No hay lugar de la ciudad que no se haya transformado».
Además, recordó las dificultades que trajo a su gestión la situación económica del país: «Éste fue un año tremendamente difícil, desde lo económico y lo social, sin embargo no hemos dejado solos a los que más nos necesitaban. Hemos tenido un estado cercano, presente».
Luego, comenzó a enumerar diferentes obras que se realizaron en salud. Y acompañó con la siguiente expresión: «En el último año el sistema de salud nunca dejó de brindar un servicio de excelencia, jamás pensó en la salud como una mercancía. Un cuarto de nuestro presupuesto se gasta en que ningún rosarino se quede sin atención primaria».
«Realizamos obras concretas, tangibles, que se ven y que curan. Obras, no maquetas», remarcó. Y contó que Rosario «tiene la tasa de embarazo adolescente más baja del país».
Por otro lado, contó que junto a las mujeres del Palacio Vasallo, llegaron a un acuerdo ‘sin precedentes’ para impulsar una normativa que «prohíbe e ingreso a la planta municipal, la adquisición de chapa de taxis, a todas aquella persona que hayan sido acusadas de violencia de género».
La mandataria local manifestó que las mujeres no llegaron a la política «para ser testimoniales», sino que vinieron «a transformarla, a mirarla de un lugar diferente y no vamos a parar hasta que se nos dé y respete el rol que merecemos».
