Los alimentos termogénicos son aquellos que cuando ingresan en el organismo desencadenan una reacción de calor y aumentan el metabolismo basal durante la digestión. Para que esto suceda, el organismo quema una mayor cantidad de calorías de los depósitos de grasa, lo que ayuda a perder peso.

De acuerdo con la Asociación Americana del Envejecimiento, estos alimentos tienen compuestos como la capsaicina, efedrina o la cafeína que facilitan la descomposición de grasa, reducen los niveles de triglicéridos en sangre y son eficaces para el control del peso.

¿Cuáles son?

• Pimienta: contiene piperina, esta sustancia sirve como bloqueador de la formación de nuevas células adiposas en el organismo, a su vez estimula los receptores nerviosos que regulan la temperatura haciendo que se quemen más calorías.
• Té verde o matcha: ambos tipos de infusión contribuyen a la oxidación de las grasas en el organismo.
• Canela: aumenta el gasto calórico y la capacidad del organismo de reducir el colesterol. Además, regula la glucosa.
• Café: la cafeína consumida en dosis moderadas hace que los músculos necesiten más energía de la que usarían normalmente ya que aumenta el calor del cuerpo.
• Jengibre: favorece la combustión de las grasas gracias a un compuesto que contiene llamado gingerol. Además, tiene propiedades antiinflamatorias.
• Mostaza: puede acelerar el metabolismo hasta un 50% después de su ingesta. Son más efectivas las de color claro ya que queman más grasa.
• Curry: si bien se utiliza para condimentar las comidas tiene un efecto termogénico. Además, es antiinflamatoria y antioxidante.
• Naranja amarga: tiene un potente poder para suprimir el apetito y gracias a la sinefrina y la fenilefrina se convierte en un buen termogénico natural.

 

Beneficios

• Aumentan el calor corporal.
• Aceleran el metabolismo.
• Facilitan la lipólisis.
• Contribuyen a la quema de más calorías.

Las proteínas también ayudan a quemar grasas

Las dietas altas en proteínas son bastante efectivas a la hora de perder peso dado que su consumo ayuda a aumentar la temperatura corporal, produciendo un efecto termogénico. Además, un alimento alto en proteínas sacia el hambre por más tiempo.