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jueves 25 de abril del 2024

Exhibicionismo, de la fantasía a la patología

Por Silvana Savoini, sexóloga.

Hablamos entonces de Trastornos Sexuales cuando una conducta sexual amerita la intervención médica o psicológica, solicitada por la misma persona porque le resulte perturbadora, o por intervención legal por resultar nociva para otros.

Podemos pensar el trastorno sexual como un estado funcional o comportamental que interfiere en distintos grados, en el ejercicio de la función erótica. Recordemos que la función erótica fue definida por Gerard Zwang como el ejercicio consciente del placer sexual.

La definición predominante de lo que es un trastorno sexual se basa fundamentalmente en la experiencia subjetiva de malestar en relación con algún aspecto de la actividad sexual propia y/o a los comportamientos sexuales que producen malestar a otra persona.

Dentro de los Trastornos Sexuales, encontramos las Parafilias o desviaciones sexuales o trastornos de la inclinación sexual que consisten en una desviación en aquello que es atractivo para el individuo. Se caracteriza por ser intensas y repetidas necesidades o fantasías sexuales que implican objetos no humanos, sufrimiento o humillación propia o del compañero, o niños o personas que no consienten.

Harold Kaplan y Benjamín Sadock en su Sinopsis de Psiquiatría,  caracterizan así las parafilias:[i]

  • Son repetitivas y producen un intenso malestar a la persona.
  • La fantasía específica es un elemento imprescindible para la excitación sexual y el orgasmo, transformándose en una condición excluyente para el ejercicio del placer sexual.
  • Son conductas divergentes en el sentido de que quien las practica las oculta.
  • Los actos que de ella se derivan excluyen o dañan al otro, eliminando de la práctica sexual su potencial de elemento unificador entre dos personas.

 Dentro de las Parafilias encontramos el Exhibicionismo, que la APA (Asociación Psiquiátrica Americana) define según los siguientes criterios:

  • Que la persona experimente excitación sexual intensa y recurrente derivada de la exposición de los genitales a una persona desprevenida, lo cual puede manifestarse por fantasías, deseos irrefrenables o comportamientos.
  • Que la persona haya cumplido esos deseos irrefrenables con una persona que no ha dado su consentimiento, y/o que esos deseos causen malestar significativo a la propia persona, o deterioro en lo social, laboral u otras áreas del funcionamiento.
  • Si bien la masturbación (estimulación con las manos) auto erótica, es una práctica normal y saludable a lo largo de toda la vida de un ser humano, realizarla en espacios públicos puede constituir una modalidad del exhibicionismo, en tanto expone a otras personas a presenciar u observar un acto sexual respecto al cual no han decidido participar y por lo tanto no han ofrecido su consentimiento.

Es preciso considerar que la educación sexual desde la infancia es un factor esencial para aprender, por ejemplo, a preservar la masturbación y otros actos sexuales en la esfera íntima de privacidad.

Por otro lado, es preciso considerar que el abuso de sustancias psicotrópicas es un factor que muchas veces lleva a las personas a desarrollar comportamientos ocasionales de exhibicionismo sexual, sin que se trate de un Trastorno Parafílico, sino por falla en los circuitos inhibitorios cerebrales, ya que muchas sustancias afectan las funciones ejecutivas que se ponen en juego para la toma de decisiones, la evaluación de riesgos y la estimación de consecuencias.

[i]Kaplan H.&Sadock B. (2001) Sinopsis de Psiquiatría  – Editorial Médica Panamericana