Ya no hay tiempo en Central para otro paso en falso, para un nuevo ciclo fallido. La pésima campaña en la actual Superliga a la que le quedan dos fechas llevaron al Canalla a ubicarse al borde de la zona del descenso para el inicio de la temporada 2019/20.
Por lo tanto, Diego Cocca no tiene ni el más mínimo margen de error. Sobre sus hombros cargará la pesada mochila de la obligación de meter al Auriazul entre los primeros cinco para no quedar entre los últimos cuatro que se vayan a la B Nacional en poco más de un año. Así de límite llegó a ser la situación por Arroyito.
Un ídolo como el Patón Bauza le devolvió un título a Central que se le negó durante 23 años, pero los resultados en el campeonato fueron de la mano de un pobre funcionamiento y se produjo su salida, cuyas formas no estuvieron a la altura de lo que representa su nombre en el club, aunque sí parecía no poder demorarse más.
La dirigencia sabía que corría un riesgo grande y así todo apostó por el inexperto Paulo Ferrari. Todo lo que se preveía podía salir mal, salió mal. Y no es el Loncho el principal responsable, la desprolijidad de haberlo confirmado para que se haga cargo de un verdadero fierro caliente sin siquiera haber llenado la primera página de su curriculum como entrenador y agravarla dándole apenas 21 días de trabajo, fue ciento por ciento de aquellos que comandan a la institución.
Tras una serie de decisiones fallidas que arrancan en el momento en el que se prolongó la estadía de Paolo Montero (para el promedio cuentan los cuatro puntos cosechados de 24 posibles en el arranque de la temporada 2017/18), ahora todo el «proyecto» futbolístico de esta CD depende de Cocca. Si el DT campeón con Racing en 2014 no logra enderezar el barco que en este momento está a la deriva, prácticamente no habrá tiempo para evitar el hundimiento.
El promedio de Central sufre de anorexia fundamentalmente por Montero, en buena medida por Bauza, lo que de ninguna manera lo quita de su lugar de ídolo indiscutido, y hasta colaboraron con un puñado de partidos Chamot y Ferrari. Sólo por la cosecha de Leo Fernández, todavía queda algo de esperanza por Arroyito y el que tiene la responsabilidad de salir a flote es el ex defensor de River.
Desde el domingo 31 de marzo cuando el Canalla visite a Argentinos, Cocca empezará a jugarse mucho en su carrera como técnico porque cada unidad de las seis que quedan (cerrará con Independiente en el Gigante) tiene una importancia vital. Los números auriazules ya no resistirán otro ciclo de resultados adversos, porque de ser así, será casi imposible evitar que aquel infierno del pasado se repita.