La unidad de delitos financieros de Estados Unidos (Fincen, por sus siglas en inglés) recibió un reporte por actividades sospechosas de la sociedad offshore Alenda Investments Ltd, registrada por Mascherano en las islas Vírgenes Británicas, por una serie de movimientos de fondos que registró a fines de 2015. El dinero salió de ese paraíso fiscal hacia Portugal, para terminar en la cuenta de una financiera en Uruguay que fue investigada en el «Lava Jato», el caso de corrupción brasileño que tuvo ramificaciones por todo el continente.
La alerta sobre las transacciones de Mascherano surge de los 2100 reportes de actividades sospechosas presentados por bancos de todo el mundo ante las autoridades de los Estados Unidos, una filtración que BuzzFeed News compartió con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
La firma registrada en Islas Vírgenes Británicas y cuyo titular era Mascherano, Alenda Investments Ltd., efectuaba una transferencia de 260.000 dólares bajo la descripción «gastos personales» y apenas un mes después «Alenda Investments dejaba sus cuentas a cero al transferir más de un millón de dólares», explica el portal.
Ahora bien, ¿para qué se usó el dinero? En declaraciones a ‘La Nación’ el abogado del futbolista, Mariano Aguilar, explicó que el jugador realizó «dos inversiones inmobiliarias en Uruguay»: compró un campo en José Ignacio junto con socios y terminó de pagar la construcción de «un edificio que hoy tiene alquilado la Embajada de Chile» en Montevideo.
Según datos del Registro de la Propiedad Inmueble uruguayo, el edificio ubicado en la calle Guipúzcoa 455 está a nombre de Tolicon SA. Es decir, no figura ahora a nombre del futbolista. Su abogado dijo que esa fue la sociedad que «le vendió a Javier (Mascherano)» la propiedad.
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