Por qué los millennials son más infelices y disfrutan mucho menos su sexualidad
La psicóloga Silvana Savoini también habló del impacto de la pornografía en los más jóvenes.
Según relevó un informe anual sobre la felicidad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las poblaciones más jóvenes de diversos países como Estados Unidos, Canadá, Australia o Alemania, tiene menos esperanzas de alcanzar a vivir una vida mucho más satisfactoria y feliz en comparación de las generaciones mayores.
Asimismo, la página de el Foro Económico Mundial, al citar este informe de la ONU entre sus fuentes, definió a los más jóvenes como una "generación a la deriva" y señaló que factores tales como, el aumento de los costos de vida; y las presiones sociales; como los principales responsables de la infelicidad de las nuevas generaciones.
En ese marco, la psicóloga y sexóloga, Silvana Savoini, brindó declaraciones al equipo de El Puente, programa que se transmite por Radio Mitre Rosario, y ahondó en por qué los millennials, disfrutan mucho menos de la sexualidad y de la vida en general.
En primera instancia, Savoini no se centró tanto en las diferencias generacionales sino más bien en la etapa en la vida que transitan muchos millennials en la actualidad: “Ahora se piensa mucho en claves intergeneracionales, por eso se dice que los millenials de hoy están atravesando cierta problemática, cuando en realidad se tienen que establecer algunos paréntesis”.
En ese sentido, aclaró: “En primer lugar, esa generación está en una etapa de la vida en donde no sólo lo sexual sino que también el disfrute tampoco están muy presentes”.
Sobre ese punto, explicó: “Según estudios de la felicidad, se indica que este no es un proceso muy feliz de la vida, debido a que una persona está trabajando, estudiando o formandose profesionalmente. Por lo que la gente está muy enfocada en proyectos profesionales o familiares, lo que la configura más como una etapa de cosecha que de recolección de aquello que trabajaste durante mucho tiempo”.
“Asimismo, el contexto actual suma algunos elementos a tener en cuenta más allá de el estrés de la vida diaria, como la presencia de las nuevas tecnologías, lo que hizo que los más jóvenes crecieran con la pornografía como la fuente de todos sus estímulos”, agregó.
En ese contexto, pormenorizó los efectos que tiene el consumo temprano de la pornografía en el desarrollo de las personas: “El problema con esto, es que al crecer, el desarrollo psicosexual o erotismo de la persona se van condiconando al uso de la pornografía, y se va perdiendo sensibilidad al estímulo real”.
En la misma línea, añadió: “Porque al trasladarse su experiencia ficticia a la realidad, se da cuenta de que no tiene un menu para elegir, y que no hay un algoritmo que le muestre un monton de opciones. El otro que está presente cara a cara, es lo que hay, no tiene sus gustos, sus expectativas, o sus deseos”.
Así las cosas, enfatizó: “En el encuentro hay que hacer una serie de rituales, de averiguaciones y demás acciones para tratar de conocer al otro, que se omite en el proceso de autosatisfacción mediante material pornográfico”.
Mas adelante, contó como el consumo de material digital ha afectado a distintos pacientes: “Por ejemplo, cuando en sesiones con mis pacientes se habla de masturbación, no salgo de mi asombro al escuchar que les resulta impensable la masturbación sin la pornografía”.
Por último, ahondó en cómo las redes cambiaron totalmente las formas de relacionarse entre pares: “En ese sentido, las redes no sólo facilitan el acceso a esta fantasia, sino que cambiaron totalmente la forma que tienen las personas de relacionarse eróticamente”.
“En el intercambio de mensajes, fotos o audios, se genera una activación del estímulo sexual, donde la persona se excita, pero sin realizar algún encuentro”, concluyó.
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