La ansiedad y la preocupación por el peso y la alimentación son uno de los puntos que el aislamiento social, preventivo y obligatorio puso en evidencia.
Muchos quedaron desorganizados con sus horarios, el trabajo a distancia y la dificultad y el riesgo de salir a comprar.
Todos juntos en sus casas las 24 horas del día, los siete días de la semana, la alimentación se volvió protagonista: están todos en la mesa para todas las comidas.
La pregunta: ¿es la cuarentena el momento para empezar una dieta? ¿Se come por hambre real o por ansiedad? ¿Es posible encontrar un punto medio entre comer sano y darse gustitos?
Laura Romano, de @integralnutricion y autora del libro «Las dietas tienen un final» nos comparte algunos tips para comer sano sin dejar de darnos algunos gustos:
Regla del 80/20
“Es importante empezar un cambio de hábitos que tenga que ver con comer sano, medido, controlado pero también poder darse los gustos porque si nos ponemos muy restrictivos y nos vamos al extremo eso termina generando mucha más ansiedad que afectaría negativamente en lugar de favorecer al descenso de peso”.
“Las dietas en general se sostienen un tiempo y al poco tiempo se abandonan, y el rebote en el peso será más grande cuanta más ansiedad se haya acumulado durante la dieta”.
“La forma de lidiar con los kilos de más en esta cuarentena sin enloquecer es comer más sano, darse gustos de vez en cuando y entrenar”.
“Hay rutinas dadas por profesores al alcance de todos, con propuestas según las necesidades.
Lo ideal es comer lo más sano, con algún desvarío y entrenar para no tener que restringirse tanto porque también es verdad que en este tiempo el gasto calórico disminuyó un montón”.
“Yo recomiendo aplicar la regla del 80/20: me propongo comer sano, medido y controlado la mayor parte del tiempo, pero no todo el tiempo porque sabemos que es insostenible; entonces ese 20% nos permite más flexibilidad, disfrutar de esas comidas que comemos únicamente por placer y por gusto, que sabemos que nutricionalmente no están bien pero que tienen que ver con la vida social, que aunque ahora no sea social generalmente pasa que el fin de semana tenemos ganas de comer algo diferente, darnos un gusto” agrega.
La balanza no sirve
Algo importante para el que no tiene balanza “no se compren hay muchas cosas que nos permiten identificar si se aumentó de peso”.
“Hay gente que tiene balanza y tiene el hábito de pesarse, de todos modos yo siempre recomiendo que no lo hagan muy seguido porque puede ser contraproducente si, por ejemplo, uno se pesa teniendo la idea de que había bajado y aumentó, puede ser frustrante y la persona termina restringiéndose y la restricción genera más ansiedad. Y al fin y al cabo eso puede ser contraproducente y puede llevar a pensar que todo el esfuerzo no sirve para nada y la persona se deja de cuidar”.
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