Por el desahogo, la euforia y la emoción de la selección argentina desatada por una agónica clasificación a los octavos de final del Mundial, pasó a segundo plano una atajada clave de Franco Armani, que tuvo su debut absoluto en la Albiceleste.
El reloj marcaba 82 minutos, en la desesperación por ir en busca del triunfo, el equipo de Jorge Sampaoli dejaba espacios y con el encuentro igualado 1-1, el delantero de Nigeria Odion Ighalo quedó mano a mano ante el arquero de River que achicó de forma excelente y tapó su remate.
Armani dejó con vida a Argentina y más tarde lo aprovechó Marcos Rojo, pisando el área para definir de derecha tras el centro de Gabriel Mercado. En definitiva, como muchas veces le sucede en el Millonario, el casildense tuvo una y respondió de gran forma.
