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viernes 26 de abril del 2024

En la gatera

Antonio Bonfatti tiene un objetivo: volver a ser gobernador de la provincia de Santa Fe. Y por eso, como los caballos antes de salir a la pista para ganar la carrera, espera en la gatera a ver qué pasa con la reforma de la Constitución. Depende de que salga o no la reelección de Lifschitz, conociendo sus fortalezas y sus debilidades.

En una entrevista que le brindó al Diario La Capital, reconoció que quiere ser gobernador nuevamente si es que no hay reforma constitucional. Y eso tiene que ver con que si sale la reforma, y Miguel Lifschitz consigue que se apruebe la reelección para su mandato –las negociaciones con los disintos sectores están avanzadas- se le va a hacer difícil conseguir los consensos internos en el Frente Progresista para ser él el elegido.

Casi en una posición altruista, sabe que el gobernador actual mide más en las encuestas y que para enfrentar a Cambiemos en el 2019 hay que jugar con los que estén mejor. Hay mediciones serias que marcan una alta imagen positiva de gestión y personal del ex intendente de Rosario y es por eso que terminó cediendo en el proceso de la reforma.

Él tiene un papel fundamental como Presidente de la Cámara de Diputados en que se apruebe, y su mano derecha Rubén Galassi fue el elegido por el Partido Socialista para generar las negociaciones políticas con las otras fuerzas. Si llegan con los tiempos, la idea es que en diciembre esté todo listo para ser aprobada definitivamente y que apliquen los cambios para las próximas elecciones.

La relación entre Bonfatti y Lifschitz es tensa, y nadie lo niega. Ninguna de las fuentes que consultamos desmiente que así sea, aunque hablan de una mejora en el diálogo entre ambos. Hoy en día se necesitan y el socialismo no tiene lugar para pujas internas teniendo en cuenta sus debilidades de cara a la contienda del año que viene. Ese lujo en la disuputa de poder ha quedado en un segundo plano porque corre riesgo de perder Rosario, histórico bastión socialista, y la provincia ya que con la marca, solamente, Cambiemos cosechó más de 700 mil votos.

De la Legislatura, inclusive, han salido proyectos que Lifschitz venía solicitando y estaban “cajoneados”. Clara señal de que hay un guiño entre ambos y hasta han ayudado a negociar viejos líderes del partido con los senadores peronistas para que acompañen estos proyectos como endeudamiento de 300 millones de dólares para pavimentos en municipios y comunas, reforma tributaria, acuerdo fiscal y  crédito para la construcción de la terminal nueva del Aeropuerto Internacional de Rosario.

Por lo pronto, Bonfatti espera. Si Lifschitz no llega con la reforma, ya tiene las orejeras puestas para salir a ganar por una cabeza.