La propagación del coronavirus en la Argentina y el incremento en el número de personas contagiadas generó que el pasado 19 de marzo, el presidente de la Nación Alberto Fernández, decretara el aislamiento general: esto consiste en que aquellos (a quienes su profesión y recursos se los permita) permanezcan en sus domicilios al menos hasta el martes 31 de marzo con altas posibilidades que se extienda hasta el lunes 13 de abril.
A modo de prevención contra el virus COVID-19, originado en China pero que en estos momentos golpea con intensidad a Europa, Estados Unidos y más de 166 países, se suspendieron las clases, actividades deportivas y culturales, y se pide que para trasladarse de un lugar a otro se presente un justificativo.
Sin embargo, aún se registran personas que no acatan el protocolo de emergencia. En la localidad de Palpalá, provincia de Jujuy, se identificaron a individuos incumpliendo la cuarentena y los encerraron en una especie de jaula.
De acuerdo a lo que explicó el ministro de Seguridad de la provincia norteña, Guillermo Corro, la decisión de improvisar un lugar de detención fue tomada por el jefe regional sin autorización del Ministerio y que los detenidos permanecieron allí sólo unas horas.
Las imágenes no tardaron en trascender y ser cuestionadas vía redes sociales por el método tomado. Según mencionó Corro, la creación de estos «corralitos» (término que además no produce ni cierta simpatía en los argentinos y argentinas) se debió «a la falta de espacio en las comisarías para alojar a las personas que violan el aislamiento».
«Esto ya ha sido corregido», explicó el ministro de Seguridad, quien además manifestó: «Entiendo igual que va a haber sanciones».
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