El papa Francisco celebró la misa del Domingo de Ramos en la Plaza San Pedro, frente a más de 30 mil personas, en la que pidió por los pobres y marginados. Es su primera actividad pública tras recibir el alta por la bronquitis que lo tuvo tres días internado.
De esta manera, el pontífice inició las actividades de la que los católicos consideran la Semana Santa. «Hay pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte; hay pobres que viven en los cruces de nuestras calles, con quienes no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros sino números; presos rechazados, personas catalogadas como problemas», señaló Francisco.
Además, continuó: «Hay tantos cristos abandonados invisibles, escondidos, que son descartados con guante blanco: niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor».
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión