Los caraqueños viven de nuevo la pesadilla de la escasez de combustible. Si en las provincias de Venezuela las filas de coches frente a las estaciones de servicios son una rutina, en la capital son motivo de alarma y la certeza de que el problema del abastecimiento de combustible se le está yendo de las manos al régimen de Nicolás Maduro.
El ministro de Energía y Petróleo, Eulogio del Pino, sólo ha reconocido las dificultades en el suministro de gasolina en la isla de Margarita (caribe nororiental) y las ha atribuido a las sanciones financieras de Estados Unidos. “Los pagos se hacen efectivos tres o cuatro días después de la orden porque las oficinas fiscalizadoras se demoran chequeando la procedencia del dinero. Los buques permanecen fondeados en nuestras costas por el retraso en el pago del flete”, explicó. Aunque las medidas excluyen el impedimento de vender y comprar hidrocarburos, el régimen está intentando salvar su responsabilidad en el colapso económico del país con el argumento de la confabulación imperial contra un país soberano.
La agencia Reuters atribuye los problemas en el suministro tanto a las condiciones climáticas en el Caribe como a los problemas económicos de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa). Los buques tanqueros fondeados frente a las costas venezolanas fueron desviados a otros destinos porque Pdvsa no puede pagar los cargamentos. Se trata principalmente de aditivos importados que se mezclan con el crudo extra pesado que procesa la industria local para obtener la gasolina.
El devastador paso de los huracanas Harvey e Irma ha retrasado los despachos que reciben compañías. Desde el 3 de septiembre seis tanqueros que transportan un total de 1,8 millones de barriles de diesel con contenido ultra-bajo de azufre (ULSD), el aditivo MTBE para la gasolina y otros productos refinados han sido enviados desde las costas de Venezuela a instalaciones de almacenamiento en Panamá y el Caribe, según datos obtenidos por la agencia de noticias. Las empresas estatales que ofrecen comprar combustible incluyen a ANCAP de Uruguay, Ecopetrol de Colombia, Recope de Costa Rica y Petroecuador de Ecuador, agregaron.
El pésimo estado de la industria local es un factor que incide en la paradoja de que en el país que posee 20 por ciento de las reservas mundiales de crudo, sus habitantes pasen horas con sus vehículos parados en las puertas de las estaciones de servicio. Pdvsa sufre serios problemas operacionales desde que hace 15 años, tras un paro general que pretendía crear las condiciones para el derrocamiento o la renuncia del entonces presidente Hugo Chávez, el gobierno despidiera a más de 20.000 trabajadores e incluyera en la nómina a cuadros políticos sin experiencia. La producción ha venido cayendo desde 3,2 millones de barriles de petróleo que se extraían en 1999 a poco más de 1.918.000, de acuerdo con el reporte de la Agencia Internacional de Energía, y las refinerías operan a media máquina. Pese a que se han reducido el número de barriles enviados a los aliados continentales del régimen, las alianzas políticas limitan la cantidad de combustible que podría destinarse al mercado interno.
En anteriores crisis de suministro de gasolina el régimen lograba salir del atolladero obteniendo el dinero que necesitaba para pagar los embarques. Pero la estrangulación financiera aplicada por el gobierno de Donald Trump abre un signo de interrogación sobre la capacidad de maniobra que tendrá el gobierno chavista.
Fuente: EL País