lunes 20 de mayo del 2024

El nuevo defensor de Matías Benicelli aseguró que «es materialmente imposible que él pudiese provocar la muerte de Fernando»

El abogado, Carlos Attias, expresó que su cliente-condenado a perpetua- estuvo ante un estado de "indefensión". Apuntó contra la estrategia ejercida por Hugo Tomei, quien representó a los ocho acusados en el juicio.

El 22 de marzo de 2024, la Cámara de Casación bonaerense ratificó las condenas que habían recibido en febrero de 2023 las 8 personas involucradas en el asesinato de Fernando Báez Sosa, perpetrado el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell, frente del boliche Le Brique.

El fallo que corrigieron los magistrados sólo modificó la calificación del homicidio, pero no hizo ningún cambio en las condenas de los 8 involucrados. Por lo tanto, consideraron que el asesinato de Fernando no hubo alevosía pero sí premeditación en concurso de dos o más personas.

En ese contexto, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi fueron condenados a cadena perpetua. Mientras que Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi recibieron penas de 15 años de prisión como partícipes secundarios.

Sin embargo, este fallo no conformó a algunos de los acusados y sus familias que decidieron romper el pacto de silencio que se mantuvo desde el momento del homicidio hasta hace menos de un mes cuando dos de los condenados a perpetua, manifestaron disconformidad con su defensor, Hugo Tomei, y cambiaron de letrado.

Uno de los condenados a perpetua, en calidad coautor de homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, que cambió de abogado fue Máximo Thomsen, cuya defensa ahora está a cargo de Francisco Oneto.

El otro es Matías Benicelli, de 24 años, que, al igual que Thomsen está acusado de ser coautor del asesinato, con la diferencia de que, en todo momento, manifiesta no haber participado del asesinato de Fernando. Thomsen busca culpar a Enzo Comelli, del golpe a traición que dejó «fuera de combate» a la víctima.

El primero en romper el silencio fue su padre, Eduardo Benicelli, que en declaraciones a los medios, aseguró que su hijo «no mató a Fernando» pues «fue lo primero» que le dijo Matías la primera vez que lo vio en prisión.

Asimismo, el acusado le había enviado a los jueces que ratificaron la condena de primera instancia, María Florencia Budiño y Fernando Mancini Hebeca, un escrito en el que manifestó: «Entiendo desde mi perspectiva de imputado, sin menoscabar las condiciones técnicas del doctor Hugo Tomei, que al conglobar [sic] la defensa del conjunto de imputados generó un conflicto de intereses personales que conculcó mi derecho de defensa en juicio. Señalo en paralelo que ni el suscripto, ni mis familiares, sufragamos honorarios por los servicios brindados por el mencionado letrado, sino que fuimos persuadidos para designarlo para mi defensa técnica, a fin de no entorpecer la defensa de otros coimputados”.

A raíz de estas manifestaciones, el nuevo defensor de Benicelli, Carlos Attias, remarcó en diálogo con El Puente, programa que se emite por Radio Mitre, que «es materialmente imposible» que su cliente haya participado del asesinato de Fernando. Además, apuntó a la estrategia ejercida por su colega Hugo Tomei.

En primera instancia, Attias aseguró: «Al principio, Matías tuvo como defensor al igual que todos los otros imputados al doctor Hugo José Tomei, que tenía antecedentes en casos análogos de haber conseguido sentencias por homicidios en riña aunque este no era un caso de ese estilo claramente».

«Al conglomerar a todos los imputados bajo una misma defensa le dio una misma participación a todos cuando en realidad, y me remito a los vídeos, a Matías siempre se lo ve detrás del Volkswagen plata al frente de donde fue asesinado Fernando», agregó.

En ese contexto, el letrado aclaró cuáles son sus objetivos: «La aspiración es que cada uno tenga la responsabilidad que le cupo por lo que hizo y no por lo que no hizo».

El pacto de silencio

En relación al quiebre que hubo en la estrategia mancomunada entre los 8 acusados, Attias aclaró: «Matías le envió un pedido por escrito a la Cámara de Casación cuando todavía Tomei era su defensor, diciendo que este le impedía hablar».

En ese sentido, argumentó: «Por ejemplo, veamos al Claudio Muñoz, que lo sindicaba como uno de los que había pateado a Fernando. En ese momento, en medio del juicio, Matías dice que ‘esto no es así, que se fije que él estaba atrás, a 5 metros de donde está Fernando, pero dice que lo estoy pateando’. No obstante, Tomei le dijo que no se preocupe, que eso lo arreglaban en Casación. Sin embargo, en esa instancia, sobre hecho y prueba no se puede discutir, sólo sobre si la sentencia ha sido adecuada a las leyes».

«Lo que yo creo es que en el afán de que mi cliente y otros más no hablaran para no perjudicar la situación procesal de quienes eran responsables se lo ha perjudicado a él», expuso el abogado como una de sus hipótesis del porqué su cliente y otros acusados acordaron el pacto de silencio.

Burlando y la fiscalía

Asimismo, el profesional se refirió a la labor de Fernando Burlando, quien representa a la familia Baéz Sosa y a la hipótesis de la fiscalía y subrayó: «Ellos dicen que el hecho fue un homicidio doblemente agravado sobre el cual tienen todos responsabilidad. Pero yo no coincido, yo creo que fue un homicidio doloso con la intención de matar pero no calificado ni por premeditación o alevosía. Creo que los homicidas deben pagar por lo que hicieron pero no por responsabilidad de los que no hicieron».

Por otro lado, explicó cuál fue el rol de Benicelli en el crimen: «Ni el acometimiento, ni el derribo, ni la patada que le dieron a la víctima fueron favorecidas o provocadas por Matías. En todo momento y en todas las cámaras lo registran en la parte trasera y sobre la vereda del vehículo, que tiene 4 metros 38 de longitud, y él estaba sobre la vereda a unas 50 centímetros detrás. Es decir, que es materialmente imposible que él pudiese provocar la muerte de Báez Sosa».

En tanto, puso el foco en las manchas de sangre que presentaba la ropa de su defendido tras el asesinato, pruebas que desembocaron en la perpetua: «No aparece rastros de ADN en las zapatillas de Benicelli, pero sí tuvo tres salpicaduras de sangre, dos en la parte posterior de su camisa y otra a la altura del lateral superior izquierdo que vino de contacto de la mano de alguien que si tenía sangre y también un pequeño puntito en el bolsillo del pantalón trasero y eso fue lo que convenció a los jueces de que tendría algún tipo de responsabilidad en el asesinato».

Por qué Benicelli se dejó defender por un abogado que lo habría perjudicado

Una de las grandes incógnitas que surge de la defensa de Benicelli es por qué se dejó defender por Hugo Tomei, a sabiendas de que podría perjudicarlo. Sobre ese punto, Attias constató: «El papá de Matías me dijo que Zárate es una ciudad muy pequeña y que no todos tienen los recursos, por lo que uno de los pocos (familiares de los agresores) con contactos sugirió el nombre de Tomei,  en aquel momento en el que todos los papás se reunieron por lo que había pasado».

«Cuando me vino a ver el padre yo sabía lo mismo que todos ustedes, lo que veía en los medios. Para mí fue un acto condenable e incomprensible. Entonces le pedí al padre hablar con Matías y que me diga la verdad. Porque si el fue quien lo mató, voy a cambiar la estrategia, pero quiero escucharlo», advirtió acerca de cómo fue el primer acercamiento con el acusado y su familia.

Para finalizar, Attias concluyó: «Por lo tanto, cuando lo visité le dije que no me mienta porque sino lo voy a defender mal, así que le pedí que me dijera exactamente lo que sucedió, y entonces comprendí la criminalidad del acto, no sólo del homicidio de Fernando, sino también de la falta de defensa que tuvo que pasar Matías».