Tras el único amistoso que la Selección tuvo antes del Mundial, el 4-0 sobre Haití en la Bombonera, Jorge Sampaoli elogió a Manuel Lanzini y a Giovani Lo Celso: «Desde mi idea son jugadores que le van a dar el vuelo futbolístico a la Selección».
El ex River sufrió la lamentable rotura de ligamentos cruzados de su rodilla durante las prácticas en Barcelona antes de viajar a Rusia, mientras que el volante surgido en Central desapareció sorpresivamente de la consideración pese a que parecía ser una fija en el once inicial del técnico tras ser de la partida en cada ensayo futbolístico.
Durante la semana previa al debut frente a Islandia, ya en Bronnitsy, de a poco la balanza se fue inclinando hacia Lucas Biglia en lugar de Lo Celso, con características diametralmente opuestas. El zurdo que creció desde lo táctico en el Paris Saint-Germain, parecía estar listo para desde lo posicional darle una mano a Javier Mascherano, a su vez mostrarse como uno de los posibles socios de Leo Messi y hasta pisar el área por sorpresa.
Primer partido contra los «Vikingos», Biglia estuvo de más en un planteo mal armado, se preveía que Gio entre a la cancha, pero no. Éver Banega fue el cambio pese a que no había entrenado con normalidad en casi toda la previa, no es en detrimento de un muy buen futbolista que más adelante sería clave sino porque no tenía demasiada lógica la no inclusión del ex mediocampista canalla.
En el desconcierto total de Sampaoli, Lo Celso cada vez quedó más de lado, siguió sin ser opción para el técnico ya sea desde el arranque o al menos una variante desde el banco de suplentes contra Croacia y tampoco ante Nigeria. En el duelo de octavos ante Francia ya ni siquiera había expectativas que el DT lo tenga en cuenta y miró desde afuera la eliminación como otros dos de llamativas escasas oportunidades como Higuaín y Dibala.
¿Qué habrá pasado entre ser un jugador que para Sampaoli podía darle a la Selección un vuelo futbolístico a ni siquiera tener un minuto? Sólo lo sabrá el técnico que cometió una catarata de errores e incoherencias antes y durante el Mundial. Quizás algún día se entienda, por ahora se trata del inexplicable misterio Lo Celso.
