El Gobierno provincial denunció a los sindicalistas que provocaron destrozos en la sede de Aguas Santafesinas en Rosario
El ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, se refirió a los responsables de actos vandálicos durante la manifestación de este miércoles y afirmó que "están al borde de ser delincuentes".
El Gobierno de Santa Fe elevó una denuncia contra los sindicalistas que generaron destrozos durante una manifestación en la sede de Aguas Santafesinas en Rosario.
Se trata de lo ocurrido este miércoles al mediodía en el ingreso del edificio de Salta al 1400, cuando en el marco de una manifestación del gremio Obras Sanitarias Rosario se produjeron daños en dos cámaras de seguridad del establecimiento y se registraron tanto empujones como bombas de estruendo, requiriendo intervención policial.
Según se confirmó este jueves, la empresa se realizó la presentación pertinente, por los ataques y los daños causados.
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En este sentido, el ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico, detalló: “La denuncia apunta a los sindicalistas violentos que causaron destrozos en la jornada de ayer en la sede Rosario de Aguas Santafesinas SA para sostener sus privilegios”.
El titular de la cartera provincial vinculó lo sucedido a que “cuando asumimos con la gestión del gobernador Maximiliano Pullaro, ASSA tenía un 90% de pérdida, que se financiaba no con lo que se recaudaba de facturación, sino que la pagábamos todos los santafesinos para que el servicio funcione en las 15 ciudades donde está presente”.
En cuanto a las irregularidades, Enrico señaló: “Había horas extras que no se trabajaban, autos que fueron encontrados fuera del lugar de trabajo en servicio como en el Casino de Rosario; o contratos como con la firma OSSA SRL a la que había que pagarle 1.500 millones anuales, perteneciente a la familia de una gremialista. Lo que queremos es hacer obras, no estar pagando gastos y gastos. Y eso genera una reacción como la que se vio el miércoles en Rosario”.
Además, el ministro concluyó: "Hay un grupo de patoteros, que hicieron cosas vandálicas, que se pusieron los equipos de protección de trabajo para que no se les vea la cara, para por ejemplo robarse todas las llaves de los vehículos de la estación de Italia y Ocampo. Esos no son empleados a los que vamos a tratar como trabajadores que están reclamando, sino que están al borde de ser delincuentes”.
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