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jueves 28 de marzo del 2024

El gobierno intentará frenar la cultura de adicción al trabajo

Los trabajadores de Corea del Sur trabajan una media de 10,5 horas diarias y el estado pretende tratar ésto como a una adición. A nivel anual se calcula una labor de 2.739 horas, 1.000 horas más que en países «desarrollados».

El gobierno coreano intentará, a través de una serie de drásticas medidas, detener a lo que llama como una cultura de adicción al trabajo. Esta nueva iniciativa forzará, de manera obligatoria, a los trabajadores a abandonar sus puestos de trabajo en un horario especifico sin dar la posibilidad de que éstos puedan seguir llevándolo adelante. Si bien antes ya se había intentado reducir la cantidad de horas laborales utilizando otros métodos, en esta oportunidad se tomó la decisión de directamente apagarles por completo sus computadoras.

De igual modo, la medida se llevará adelante en tres etapas para que el cambio no sea tan abrupto y así no generar un mal clima entre los trabajadores. Ésto, teniendo en cuenta que casi el 70% de los trabajadores pidieron que no se les obligue a dejar de trabajar.

En primera instancia el programa comenzará dentro de unos días, concretamente el 30 de marzo. A partir de ese momento, todas las computadoras se apagarán llegadas las 20:00 de cada viernes.

La segunda fase comenzará en abril, cuando las computadoras de los trabajadores se apagarán a las 19:30 dos veces al mes (el segundo y cuarto viernes).

Y a partir del mes de mayo el programa estará ya instaurado por completo, cuando las computadoras se apagarán a las 19:00 cada viernes. Un comunicado del Gobierno Metropolitano de Seul asegura que todos los trabajadores formarán parte de este programa, aunque existirán excepciones bajo circunstancias especiales.

Sorprendentemente, el Gobierno Metropolitano de Seul ha declarado que la mayoría de los trabajadores han pedido quedarse fuera de esta medida, negándose a abandonar sus laboras a las 19:00.

Además, a principios de este mes Corea del Sur aprobó una ley para recortar el número de horas máximas que se puede trabajar por semana, pasando de la semana laboral «inhumana» de 68 horas a 52.