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domingo 05 de mayo del 2024

El concejal Agapito Blanco se opuso a la conformación de un sindicato de trapitos en Rosario

La Municipalidad busca desactivar los intentos por parte del sindicato de regularizar la actividad en la ciudad y la provincia.

Tras el anuncio de la posible conformación de un sindicato de trapitos en Rosario- tras lo acontecido en la Plata-, desde la Municipalidad afirmaron que van a recurrir al Ministerio Público de la Acusación y otros organismos nacionales y provinciales con el objetivo de frenar su llegada.

En ese marco, el concejal de Unidos para Cambiar Santa Fe, Agapito Blanco, manifestó su contundente rechazo a la institucionalización de los cuidacoches y afirmó que «desde el Concejo el mensaje debe ser inequívoco» por lo que la actividad no debe ser regulada.

En diálogo con El Puente, programa que se emite por Radio Mitre, el edil expresó: «Lo peor que podemos hacer es dejarlo como está. No está ni prohibida, ni permitida por lo cual se delibera a la buena voluntad de quien lo vive día a día, pero por otro lado están los vecinos que reclaman que se busque alguna solución».

En ese sentido, aclaró: «Incluso en algunos casos los vecinos aceptan que en la cuadra intervenga un cuida coche, la realidad es que en la gran mayoria de los casos los ciudadanos se ven extorsionados e intimidados». En la misma línea, agregó: «Saben que si no les dan dinero es probable que les haga algo a sus vehículos. Por lo tanto se genera una situación incomoda que hace que accedan a la extorsión o se retiren del lugar en perjuicio de los comercios».

Por lo que barajando entre las diferentes medidas que se están contemplando para intervenir en contra de los trapitos, Blanco destacó el proyecto del actual secretario general de Intendencia, Miguel Tessandori, y señaló: «Hace un año y medio, el ex concejal ya había presentado un proyecto que pretendía resolver las distintas posturas al rededor de los cuida coches. Tanto para los que abogaban por su regulación como para aquellos que se oponían a ella».

«Lo que propuso Tessandori era prohibir la actividad a través de una modificación del código de convivencia, pero que también contemplaba que se autorice a que un trapito trabaje en determinada cuadra si los vecinos llegaba a un acuerdo con el mismo y pedían una autorización para ello», aseguró el concejal.

En base a ese proyecto, constató que por un lado, se le esta dando al vecino la tranquilidad de que la actividad está prohibida y que por consiguiente, la Municipalidad sea la encargada de intervenir a la hora de denunciar un trapito para que así el vecino no tenga que hacerlo.

Al ser consultado acerca de lo que está sucediendo en La Plata, que es donde funciona el sindicato, y sobre la futura asamblea que busca sindicar a los trapitos, aseveró: «En esa ciudad ya se le dio viabilidad de que exista. Y en un acto de presión, ya anunciaron que va a haber un encuentro para buscar implementar el sindicato. Eso ya es una advertencia de que va a ocurrir y desde la Municipalidad hay que evitarlo».

El sindicato y la barra brava

En la ciudad de La Plata rige el primer sindicato de Trapitos, al mando de su secretario general, Fabián Giannotta, un ex policía, y jefe de la barra brava de Estudiantes, que estuvo preso por el asesinato de Juan Maldonado, un joven que esperaba el colectivo frente a la puerta de un boliche en Berisso que comandaba Giannotta, cuando se produjo un tiroteo dentro del local un 6 de agosto del 2009. El ex policía fue condenado a 15 años de prisión pero sólo estuvo preso por 8 años hasta que consiguió el arresto domiciliario y más tarde la libertad condicional.

En ese contexto, Blanco se refirió a las conexiones entre la barra brava y los trapitos, y subrayó: «En determinadas zonas de Rosario, hay una suerte de convivencia entre las barras de Central y de Newell’s, que son los que le piden dinero a los trapitos todas las noches».

Para finalizar, el edil concluyó con que medidas están dispuestos a tomar para frenar a la actividad y sentenció: «Lamentablemente será una batalla que tengamos que dar desde lo público y llevarlos presos las veces que haga falta hasta que logremos torcerles el brazo y que abandonen sus actos. Lo que no podemos hacer, es plantear que porque la Justicia no los va a meter presos, no lo vamos a hacer».