“El asesinato de Emiliano Sala”: el libro que apunta contra los culpables de la muerte del delantero santafesino
A poco de cumplirse un año del fallecimiento de Emiliano Sala, el periodista británico Harry Harris publicó un libro que apunta de forma directa hacia los culpables de la muerte del delantero santafesino que se produjo el 21 de enero de 2019 cuando la aeronave que lo trasladaba de Nantes a Cardiff cayó en el Canal de la Mancha.
«El asesinato de Emiliano Sala» pone el foco, por ejemplo, en el cambio a último momento de quien debía manejar la nave. Allí comenta que David Henderson, piloto experimentado de York que originalmente iba a tomar los controles del vuelo condenado, se acercó a su amigo David Ibbotson y le preguntó: ‘¿Quieres un fin de semana en Nantes?’. Acto seguido, le Pagó a Ibbotson para que se quedara en un hotel en Francia y por pilotar el vuelo».
También se informa en el libro que «Cardiff City ha contratado al principal abogado Eric Dupond-Moretti para explorar litigios criminales y civiles por homicidio contra Nantes, el club que vendió al delantero. Se espera una decisión este mes sobre si la acción sin precedentes puede seguir adelante. Una fuente cercana al caso dice que será como ‘arrojar una granada a la mezcla’, si es así».
Harris habla además acerca de la actitud que tomó Neil Warnock, entrenador del Cardiff en ese momento, que quedó muy afectado por la muerte de Sala. «Es imposible dormir, no puedo manejar la situación», declaró el técnico que se hizo presente en el velatorio en Progreso y añadió: «Era un muchacho encantador. Viví mi peor semana en el fútbol».
El presidente del club galés, Mehmet Dalman, prestó su testimonio para la realización del libro y dijo cómo repercutió la pérdida del jugador en quien iba a ser su DT: «Nunca fue el mismo desde el incidente de Sala. Recuerdo que inmediatamente después que teníamos que jugar contra Southampton y había preparado un discurso en mi mente para que Neil supiera cuánto lo estábamos apoyando. Quería decirle que estaría bien, pero tan pronto como vi su rostro supe que era mejor no decir nada, o podría empujarlo demasiado y llevarlo al límite. Estaba claramente afectado».
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