La pandemia mundial de coronavirus ha provocado un aumento en el número de usuarios que utilizan apps de citas, y es que, en un mundo globalizado donde las relaciones interpersonales se han visto reducidas a causa de las restricciones; este tipo de aplicaciones han cobrado mayor protagonismo.
Tinder, fue creada por sus fundadores como un medio para conocer gente, sin embargo, su finalidad sigue sin ser muy concreta, y depende mucho de las aspiraciones de cada uno. Existen personas que aseguran haber encontrado el amor y otras que lo utilizan para encuentros fugaces, e incluso hay quien dice que es una forma de encontrar nuevas amistades, o de hacer conocidos.
La búsqueda de la media naranja
Lo cierto es que esta manera de relacionarnos ha creado diferentes formas de entender los vínculos y es la responsable del surgimiento de nuevos términos, como el concepto de amor líquido formulado por el sociólogo Zygmunt Bauman.
Cada día nos cuesta más comprometernos, establecer lazos fuertes, bien sea por miedo, aburrimiento o porque los encuentros esporádicos, y frases “como vamos viendo”, se han convertido en lo cotidiano de muchas relaciones.
Nos hemos vuelto adictos a la inmediatez que trae consigo la era digital, y en muchas ocasiones nos olvidamos de lo complejo de las relaciones humanas, aquellas en las que la comunicación, la empatía, la escucha activa son el pilar en el que se sustentan.
En definitiva, nuestras habilidades sociales están dejando paso a conversaciones y encuentros superfluos en los que, en la mayoría de los casos, impera la ley del mínimo esfuerzo.
Poco se habla de la frustración que puede generar en muchos individuos no alcanzar sus expectativas de notoriedad, sufrir «ghosting» o sentirse poco deseables.
Nuestra bioquímica cerebral se ve afectada con estos procesos, y es que el pico de dopamina que supone conseguir muchos match, considerarte popular, e iniciar conversaciones, puede caer rápidamente en picado cuando sufrimos un rechazo, aunque sea virtual.
Todas las opciones disponibles en la nueva era digital ofrecen innumerables ventajas, sin embargo, es importante recalcar que nuestra valía personal no viene determinada por los números de “me gusta” o de match que conseguimos. Sin duda, podemos usar y sacar todo el partido que nos ofrecen estas herramientas, pero sin llegar a obnubilarnos y a olvidarnos de lo que realmente son y de quienes somos nosotros: seres únicos y excepcionales, independientemente del éxito o “fracaso” que cosechemos dentro del mundo virtual.
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