Durante el invierno se acelera el metabolismo porque para mantener el cuerpo a temperaturas óptimas y que este no pase frío, se quema la grasa que se encuentra almacenada, por lo que en ausencia de las mismas, el cuerpo pide aumentar el consumo en carbohidratos.
Además, cuando hace frío, los antojos por frutas y verduras se reducen considerablemente. Aunque algunos tienden a preocuparse por el aumento de peso, lo cierto es que el cuerpo tiende a quemar esta grasa, por lo que es probable que no se aumente de peso, a menos de que realmente se consuman alimentos altos en grasas.
El gasto de calorías que el cuerpo ocasiona para regular la temperatura corporal se considera parte del gasto metabólico basal o en reposo, que se mantiene casi constante. Sin embargo, si nos exponemos al frío por un largo tiempo o si realizamos actividad física al aire libre en invierno podemos elevar considerablemente el gasto de calorías por termorregulación.
Mantener el calor en el ambiente
Si en invierno, ante el frío evitamos la actividad física en el exterior y por el contrario la cambiamos por un entrenamiento en ambiente cerrado, nuestro cuerpo no sentirá tanto el cambio de temperatura externa.
Si la vivienda y el trabajo esta calefaccionado la temperatura ambiental se mantiene relativamente constante y el cuerpo no necesita de un gran esfuerzo para elevar la temperatura del cuerpo.
Consumo saludable de pastas
La licenciada en Nutrición Ivana Chinelli recomienda algunas opciones para acompañar las pastas:
- Brócoli y pollo.
- Pimientos y carne.
- Champiñones, cebollita de verdeo.
- Palta y tomates cherry.
“Si ingerimos solo pasta el azúcar en sangre sube de golpe y se digieren muy rápido. Esta subida brusca produce estimulación en el almacenamiento de azúcar como grasa y que al poco tiempo tengamos hambre otra vez”.
“Si en cambio le sumamos otros nutrientes tenemos más saciedad y menor estimulación de azúcar como grasa” agrega la nutricionista.
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