La tensión política y social en Brasil va en ascenso a raíz de la reciente orden de detención del ex presidente Luis Inázio Lula da Silva por parte del juez federal Sergio Moro. Tras el rechazo de un hábeas corpus presentado por la defensa del ex mandatario, el magistrado estableció que el plazo para entregarse ante la Justicia vence este viernes a las 17 horas. Mientras tanto, las dudas en torno a si Lula se presentará espontáneamente o deberá ser arrestado por la fuerza pública, se sienten cada vez con más fuerza.
El juez ordena el inmediato ingreso a la cárcel de Lula da Silva
La votación en el Supremo Tribunal Federal -STF-, en cuanto a la mencionada medida para postergar la captura -, fue reñida: seis votos contra cinco. Sin embargo, no alcanzó para impedir que el ex funcionario vaya a la cárcel en orden a cumplir la condena de 12 años por los delitos de corrupción y lavado de dinero.
Para los abogados de Lula, la disposición obedece a una maniobra para evitar su triunfo en la contienda electoral brasileña de octubre que lo dan como favorito en la carrera a la presidencia.
En 2017, Moro halló a Lula culpable de hacer favores a una constructora a cambio de la promesa de un departamento de categoría, fallo que quedó firme en enero de 2010.