El sueño resulta vital para la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas. Tal es así que la Sociedad Mundial del Sueño declaró al 17 de marzo como el Día Mundial del Sueño, realizando un llamado global a la toma de conciencia sobre la importancia del buen descanso y a la ejecución de múltiples actividades educativas.
Este año el lema es “El sueño es esencial para la salud”. Al igual que tener una buena alimentación y hacer ejercicio, dormir es una actividad fundamental para el bienestar físico y mental.
Consecuencias del mal descanso
Un mal descanso no implica simplemente la imposibilidad de “cerrar los ojos”, sino que causa una serie trastornos tales como:
- Insomnio: dificultad para conciliar o mantener el sueño, o de conseguir una duración y calidad de sueño adecuada para restaurar la energía y el estado de vigilia normal.
- Síndrome de apnea obstructiva: pausa en la respiración de al menos 10 segundos mientras dormimos.
- Hipersomnia: estar excesivamente somnoliento durante el día.
- Narcolepsia: ataques repentinos de sueño durante el día.
- Bruxismo: apretar, deslizar o golpear los dientes durante el sueño.
- Parasomnias: comportamientos anormales o trastornos de la conducta que aparecen durante el sueño, por ejemplo, el sonambulismo.
- Síndrome de piernas inquietas: una afección que causa una necesidad incontrolable de mover las piernas, generalmente debido a una sensación de incomodidad.
En relación a esta temática, en Latinoamérica los trastornos del sueño siguen aumentando y muchas personas no son conscientes de que los padecen.
Como se demuestra en un estudio desarrollado por Philips, en promedio el 75% de los encuestados en Argentina, Chile, Brasil, Colombia y México padecen de trastornos del sueño como insomnio, ronquidos, apnea y síndrome de las piernas inquietas, y muchos de ellos podrían no estar recibiendo el tratamiento adecuado.
Por otra parte, los problemas no solo están asociados a la cantidad de horas que destinamos al descanso, sino a la calidad y a lo que se denomina “higiene del sueño”, es decir, el lugar, el espacio y la desconexión que logramos al acostarnos.
Posibles consecuencias de no tener un sueño reparador
La falta de sueño profundo está relacionada con trastornos de estrés y ansiedad. Sin un correcto descanso, el riesgo cardiovascular aumenta, como así también las probabilidades de padecer enfermedades neurodegenerativas como Alzheimer.
Debe dársele al descanso prioridad, ya que hacerlo de forma inadecuada aumenta las probabilidades de sufrir depresión, diabetes y obesidad. Dormir bien para vivir sanos debe ser un hábito a seguir.
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