El gendarme de civil que disparó y mató a un ladrón que robaba cables en Baigorria y Medrano, en la zona norte de Rosario, seguirá detenido. Este viernes se llevó a cabo la audiencia imputativa donde la fiscal de Homicidios Dolosos Gisela Paolicelli lo acusó de homicidio ya que no encontró indicios de que realizó un tiro accidental o en legítima defensa.
En declaraciones a la prensa, la funcionaria de la Justicia brindó precisiones sobre la audiencia en la que, según las evidencias, hay puntos en la declaración del gendarme que no coinciden o al menos no están claros. «Al gendarme se le atribuye haberle dado muerte a Flores, quien efectivamente estaba cometiendo un hecho ilícito junto a una persona más, cortando cables con fines de sustraerlos. Pero sustancialmente hay una diferencia entre la versión que da el gendarme respecto de cómo sucedieron los hechos y lo que nos muestran las evidencias», señaló.
Él dijo que le intentaron robar, que se le tiraron encima y el disparo se habría producido, no en el lugar donde indica, sino que después de una persecución a una cuadra. Por la posición del cuerpo se entiende que la persona ya estaba reducida y que el disparo se habría producido en esas circunstancias. Aparentemente no fue en un forcejeo»
e todos modos remarcó que aún quedan pendientes algunas medidas vitales para poder determinar qué fue lo que sucedió. Principalmente la autopsia donde se va a poder conocer la trayectoria que hizo la bala dentro del cuerpo de Marcelo Alejandro Flores, el hombre asesinado.
«A Flores no se le secuestra un arma ni ningún elemento de peligrosidad, el imputado no tiene ningún golpe y no hay ni vaina ni sangre en el lugar que él indica. El cuchillo que se secuestró estaba en el lugar donde estaban cortados los cables, que es donde él indica que se dio el forcejeo que repelió con un disparo. Si las evidencias coincidieran con su relato, la situación sería otra», añadió.
Por su parte, la defensa del acusado dio detalles del relato que hizo el propio agente de seguridad durante la audiencia. «Él se vio claramente amedrentado por tres personas en la puerta de su casa. Eran las 20.30 en un barrio muy caliente y que, independientemente de ser gendarme, se sintió en una situación de indefensión. Cuando se abalanzaron, uno gritó «quemalo» y escuchó un chillido como el de un arma. En ese momento él decide disparar», remarcó Guillermo Chiesa.
«Es importante resaltar que él lo asistió en todo momento y en el momento que cayó, lo esposó porque todavía tenía signos vitales. Lo redujo después de dispararle», aseveró el jurista. Esto luego fue correjido por su compañera de defensa que aseguró que el ladrón no fue esposado pero si se le colocaron las manos en la espalda a modo de preservar la integridad de las personas. «No sabía si había un arma o no. Es probable que alguno de los otros se llevó el arma», añadió.
El hecho
El hecho ocurrió pasadas las 20 de este miércoles 5 de abril, cuando tres delincuentes cortaban cables con un cuchillo por calle Medrano. Por motivos que no están claros aún en la investigación, uno de ellos recibió un disparo en el cuello por calle Baigorria.
El cuerpo estaba boca abajo, con las manos atrás, indicios de que estaba siendo retenido por alguien. No se pudo determinar todavía si en esa situación recibió el impacto de bala o si fue antes.
El ladrón fue identificado como Marcelo Alejandro Flores. La autopsia se hará en los próximos días bajo el protocolo de Minnesota.
Al cabo de gendarmería se le incautó el arma calibre 9 milímetros y se lo dejó detenido e incomunicado. Mientras, la fiscal Paolicelli ordenó la toma de testimonios y relevamiento de todas las cámaras de la zona.
Una de las cuestiones que llamó la atención fue que haya sido Gendarmería la que haya preservado la escena siendo que un agente de la propia fuerza estaba sospechado de la autoría del tiro. Otro dato fue que recién dieron aviso del hecho media hora después.
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