Es una anomalía en la estructura y el funcionamiento del corazón debido a una malformación del mismo órgano o de los vasos sanguíneos cercanos, durante el desarrollo embrionario.
Esta afección debilita el sistema cardiopulmonar de los bebés, exponiéndolos a contraer severas infecciones respiratorias.
Se sabe que el consumo de alcohol y de ciertas sustancias químicas durante el embarazo, como así también ciertas infecciones como la rubéola, pueden contribuir a su desarrollo.
En su totalidad, el número de casos registrados de cardiopatías congénitas llegó a 4.505 en 2016. Sumados a las estadísticas, completan un total de 26.309 desde 2010.
La situación en la Argentina
Uno de cada cien recién nacidos presenta alguna cardiopatía congénita, es decir, una malformación del corazón que se produce durante la vida fetal.
En la Argentina, nacen al año unos 7 mil niños y niñas con esta patología.
Alrededor del 50% de estos niños requieren cirugía en el primer año de vida y dos terceras partes son solucionables con diagnóstico temprano.
La patología respiratoria agrava la insuficiencia cardíaca generada por la cardiopatía y el paciente empeora, retrasando la indicación quirúrgica. A veces, el tiempo de internación postquirúrgica se prolonga o los pacientes quedan dependientes de oxígeno. De todas maneras, existen recomendaciones de inmunización brindadas por el Ministerio de Salud de la Nación, que previene la infección respiratoria en pacientes de riesgo, como prematuros y cardiópatas.
¿Cuál es el tratamiento?
Ante la sospecha de cardiopatía congénita, se realiza una ecocardiografía. Esta técnica diagnóstica permite evaluar la estructura y la función del corazón.
Cuando la cardiopatía compromete la circulación de la sangre o su oxigenación, generalmente son necesarias correcciones quirúrgicas o intervenciones realizadas mediante un cateterismo. En los casos más graves puede que incluso sea necesario un trasplante cardíaco.
En el país hay 14 centros en los que pueden tratarse estas cardiopatías, pero sólo en tres se hacen las intervenciones de alta complejidad: el Garrahan y el Gutiérrez (en la ciudad de Buenos Aires) y en El Cruce, de Florencio Varela.
Prevención
- Impulsar y mantener la lactancia materna.
- Lavarse las manos.
- Cumplir el calendario de vacunación y con las vacunas que determine el pediatra, tanto para el bebé como para quienes conviven con él.
- Evitar la contaminación ambiental con humo (ya sea humo de cigarrillo u otros).
- Evitar el hacinamiento.
- Concurrir a los controles rutinarios con el médico.
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