El sábado 3 de diciembre se celebra el Día del Médico en honor al doctor Carlos J. Finaly (1833-1915) y a los médicos que murieron luchando contra la fiebre amarilla.
Durante la reciente pandemia también hubo médicos y trabajadores de la salud que murieron víctimas del COVID. “Entonces fuimos aplaudidos y alabados por nuestra abnegación y altruismo (y también fuimos discriminados y agredidos)” detalla el doctor Omar López Mato, especialista en Oftalmología.
“Pero los aplausos no compran nuestro sustento diario ni mantienen clínicas ni quirófanos. A lo largo de este tiempo nuestros ingresos se han deteriorado, como lo viene haciendo desde hace años.
Si tomamos la última década la merma sufrida es del 200% con respecto a los valores históricos”.
La situación de la medicina en Argentina
La Argentina ha logrado una medicina de excelencia gracias al esfuerzo, el estudio, ingenio e inventiva de los profesionales de la salud y también gracias a las inversiones en tecnología que se han realizado.
“En el actual contexto inflacionario y de inestabilidad económica vemos peligrar nuestros ingresos, que atenta no solo contra la calidad de la atención sino de la misma prestación porque hay prácticas que no se pueden prestar correctamente y aparatología que no se puede renovar. Estamos condenados a la obsolescencia que es una forma elegante de expresar el deterioro de la calidad prestacional” agrega.
“En el Día del Médico es habitual que las prepagas y sindicatos gasten una fortuna saludando a los profesionales con grandes avisos que en el actual contexto suenan hipócritas y con un tufillo a publicidad encubierta. Estos son los mismos gerenciadores que la próxima semana negarán adecuaciones de los valores prestacionales. Podrían dar mejor uso a ese dinero que tiene otro destino ajeno a la promoción de sus negocios”.
“Este Día del Médico nos vemos en la obligación de replantear el sistema de salud argentino con un debate honesto donde prestadores y gerenciadores se presten a un diálogo en igualdad de condiciones. La posición dominante de instituciones privadas y organismos estatales (obras sociales provinciales, Pami, etc.) dificulta dicho diálogo a punto de imposibilitarlo”.
El Día del Médico es un momento adecuado para saber en qué se usa el 9% del PBI nacional destinado a la salud o los 3.500 millones de dólares que hasta ahora este gobierno le ha dado a los sindicatos para paliar su déficit presupuestario.
“La salud tiene un costo en tiempo, esfuerzo, erogaciones y sacrificios, por parte de los profesionales y de los pacientes. Hoy, ninguna de las partes está satisfecha con esta relación costo-beneficio, pero estamos seguros que la falta de salud tiene un costo infinitamente superior. La pregunta, como siempre, es quién está dispuesto a pagar dicho costo.
En este Día del Médico es oportuno meditar sobre esta situación crítica” concluye López Mato.
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