Daniel Balmaceda, periodista, escritor e historiador dialogó con Radio Mitre Rosario y contó la historia de la tan famosa milanesa. Hoy se celebra su día gracias a que un grupo de argentinos inició una campaña en redes sociales.
La milanesa surgió fuera de Milán. La historia cuenta que cuando los peregrinos tenían que hacer largos trechos, necesitaban llevar algo de comida, ya que corrían con el riesgo de no conseguir o no poder comer en el siguiente pueblo. Para conservar la comida comenzaron a empanarla o rebosarla.
Debido a esto, surgieron en Europa distintos tipos de rebosado. En Milán tenían uno en particular, y cuando los suizos invadieron el norte de Italia, se llevaron la idea. En Suiza comenzaron a llamarle a todo tipo de rebosado “a la milanesa”.
En las cocinas de las familias tradicionales de Argentina, había un cocinero francés que usaba esa técnica. En realidad, no se sabía qué tipo de carne se estaba comiendo en una milanesa, “podía ser desde carne de ternera hasta sapo” comentó el historiador entre risas.
Cuando la milanesa llegó a Argentina, era un sector el que podía disfrutarla. Se volvió popular gracias a los restaurantes. El sistema de comida francés fue algo que los argentinos no solo copiamos con los cocineros, sino también en los restaurantes que en sus cartas tenían algunos platos “a la milanesa”. Fue allí cuando comenzó a multiplicarse.
Antes de este plato, en Argentina se comía mucha carne al horno o hervida y el acompañamiento de esa carne era papa o zapallo y no pasaba de ahí. La idea de complementar a la milanesa con una ensalada surgió cuando Sarmiento planteó que había que comer más verduras y fomentaba que todos los que tenían espacio en su casa, hagan una huerta. “Todos se le burlaban y le decían come pasto” comentó Balmaceda y agregó que si bien en el momento no le prestaron mucha atención, después de unos años se aceptó la idea de la ensalada como acompañante de las milanesas.