Desgarrador relato de la mujer que estuvo 23 años secuestrada por su pareja: “Corrí por mi vida”
Fue secuestrada, abusada y explotada por su pareja por 23 años, que la tuvo en cautiverio en una casa de la zona sur de Rosario. En mayo de 2019 logró escapar en un descuido del hombre y el juicio, que tiene al acusado frente a una posible condena de 18 años de cárcel, que esperó tanto tiempo comenzó esta semana. María Eugenia contó su desgarradora historia, el infierno que vivió durante más de dos décadas y el momento en el que corrió «por su vida», con miedo porque pensaba que «para la noche iba a estar muerta» si no recibía la ayuda de sus familiares.
Acerca del modus operandi de la persona que la atormentó durante todo este tiempo y cómo fue el día que pudo huir, relató: “Tenía dos candados de la puerta que las llaves las tenía él, cuando se iba me dejaba encerrada. Una mañana él se levanta, tenía una manía por barrer las hojas, vivíamos en un barrio donde hay muchos árboles. Estaba durmiendo y escuchaba cuando la gente pasaba que crujían las hojas de la vereda. Como a las 6 de la mañana me dice que me tenía que levantar a barrer la vereda, se levanta él conmigo, barro toda la vereda, el cordón, y veo que el entró y no había puesto los candados”.
Se le presentó una posibilidad que no podía dejar pasar, un pequeño descuido de su captor que fue clave: “Para que él vaya al baño yo me tenía que sentar en el patio y él iba al baño, porque no podía estar dentro de la casa cuando él iba al baño. En un momento escucho que él abre la ducha, entonces mi sensación fue ‘o ahora o nunca’. Abrí despacio la puerta de la cocina, entro y agarro el monedero de arriba de la mesa, donde había 640 pesos de un trabajo que había cocido el día anterior, que era destinado a hacer los mandados, porque yo no tenía acceso a la plata. Voy hasta la máquina de coser y saco dos fotos de mi hijo y una carta de mi papá que encontré después de 15 años, y un teléfono celular que tenía solo para que él me llame, nunca tenía crédito, no podía hacer llamadas”.
“Corrí por mi vida hasta Boulevard Segui, corrí media cuadra y para mí era que había corrido 100 kilómetros. Me tomé un taxi que venía y fui a parar a un surtidor de Italia y Pellegrini, estaba desesperada porque siempre tuve miedo de ir a la Policía, pensando en que nadie me iba a poder ayudar, así que en un momento me acuerdo de una tía, una prima de mi papá, la busco en la guía, la encuentro y le conté lo que me pasaba. Me dijo que no tenga miedo, pero le dije ‘necesito que me ayudes porque sé que para la noche estoy muerta’. Yo pensé que me encontraba y me mataba. Mi tía me dijo que vaya hasta la casa de otra tía y le dije ‘no tía, porque el primer lugar donde me va a ir a buscar es a lo de mi mamá y a esa casa’”, continuó María Eugenia, hoy con 44 años, en diálogo con Telenoche por la pantalla de El Tres y agregó: «Me hizo sacar la fuerza de adentro, me dijo ‘Eugenia, si vos me decís que para la noche estás muerta, si no tomas un taxi y vas a lo de tu tía, te puede matar ahora como te puede matar a la noche’”.
Tras pasar un calvario, un infierno del que no imaginó poder salir, ahora quiere que se haga justicia. “La fuerza la saco en el compromiso que se sepa la verdad, también para mí cerrar esta historia, creer que se va a hacer justicia y en esperar, como espero hace dos años este juicio y que sean los 18 años que me prometieron», aseguró la mujer y reveló: «Nunca pensé en 23 años que podía salir de lo que estaba viviendo, es más, llegué a pensar que no salía con vida de donde estaba viviendo”.
Desde 6 de mayo de 1996, la víctima vivió en una casa en Santiago al 3500 donde el violento identificado como Oscar Alberto Racco de 60 años, no la dejaba ni a sol ni a sombra. Ahora espera que en el juicio oral y público que se lleva adelante desde esta semana los jueces Rafael Coria, Nicolás Foppiani y Nicolás Vico Gimena dicten la condena de 18 años de cárcel para el acusado.
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