«A dos meses de tu partida, desde nuestras casas, seguimos pidiendo Justicia por vos». Con esa frase, decenas de fotos de familiares y amigos de distintos puntos del país y hasta del mundo y una canción de La Renga de fondo, los allegados a Carlos Orellano reclamaron a través de un video el esclarecimiento de su muerte que se conoció el pasado 24 de febrero. Se trata del muchacho rosarino de 23 años cuyo cuerpo apareció flotando en el río Paraná tras haber sido visto por última vez en el marco de una salida nocturna a un boliche de la zona de La Fluvial.

El fragmento fue difundido este viernes por su hermana, Noelia Orellano, quien busca que la sociedad no se olvide de Bocacha, como lo llamaban sus seres queridos, y el Poder Judicial haga lo propio para dilucidar las circunstancias que terminaron con la vida de Carlos, un fanático de Rosario central con un puñado de sueños que no podrán cumplirse.

El domingo de Carnaval Carlos Orellano salió de su casa cerca de las 11 de la noche. Tomó un taxi al boliche Señor Ming, ubicado en la pintoresca zona de La Fluvial, a la vera del Paraná, donde lo esperaban sus amigos. Testigos aseguran haberlo visto por última vez rodeado de personal de seguridad de la discoteca que lo sacaba a empujones tras haber querido ingresar sin la pulsera correspondiente al sector VIP. Desde entonces su familia inició una intensa búsqueda que terminó con el peor de los finales: su cuerpo apareció el 26 de febrero flotando en el río.

AUTOR

Rosario Nuestro

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