Denuncian a acosador que espía mujeres, les roba bombachas y atemoriza a toda una localidad santafesina
Una situación aberrante están atravesando desde hace meses mujeres de Serodino, localidad del departamento Iriondo ubicada a poco más de 50 kilómetros de Rosario. Denuncian que son acosados por un joven de entre 20 y 25 años que las espía mientras están en sus casas, les roba bombachas y atemoriza a todo un pueblo. Advierten que hasta el momento y que pese a que la policía local está al tanto de la situación, en reiteradas ocasiones les respondieron que no pueden hacer nada.
Tres de las muejeres que sufrieron estos horribles episodios, brindaron su testimonio a este medio. “Fue cuando empezó la cuarentena. Fui a hablar con Pio (NdR: Drovetta, presidente comunal) para que lo ayuden desde la Comuna o algún asistente social, porque sabía que ya había hecho eso. Estábamos con mi prima, vimos una sombra y cuando salimos estaba este flaco en el patio, vino la policía y se lo llevó a la casa. Hacía tres horas que nos estaba escuchando. Después que se fue la policía, encontramos una bombacha tirada que se ve que se la había llevado él. Después nos dimos cuenta que hacía varios días que venía, escuchábamos, fuimos atando cavos. Pero fue así, lo encontramos en el patio espiándonos”, contó una de ellas.
“Esto fue así: nosotros en mi casa, tenemos una ventanita que da a la cocina, del lado de afuera, o sea del lado del patio, a la altura de la ventana está el termotanque y está todo cerrado con paredes y techito de ladrillos. Arriba de la casita del termotanque tenemos cosas, unos cables, cuando nos levantamos vimos todo caído. El cable por el piso, sobre el tapial que da a lo de mi vecino había corrido una silla para pasar de patio en patio, porque por atrás de mi casa no pudo pasar. Pasó por el patio del vecino, el Colo que da a las vías. Se ve que se subió dónde tenemos el termotanque para espiar por la ventana de la cocina”, aportó otra de las chicas y siguió: “Sobre la pileta que había como tierra pegada se notaban sus pasos, bien marcados. Gracias a Dios, mi vecino el Colo encontró el documento de esta persona en su patio. Por eso nos dimos cuenta. Además, nosotras con mi vieja en pleno invierno, poníamos el lavarropa a la tardecita y a la noche ya la colgábamos en el tender para a la mañana no salir con tanto frío a las 7 a colgarla. Supusimos que por eso también, porque dejábamos bombachas y a mí me han faltado algunas, pero nunca pensé. Después de que pasó esto, las cuentas nos empezaron a cerrar”.
La misma joven relató qué es lo que suele suceder cuando realizan denuncias ante las fuerzas policiales del pueblo: “Mi vecino llevo el documento de este tipo a la comisaría y le dijeron que si, que ya sabían de lo que anda pasando con ese pibe porque pasaron otros episodios, pero que no podían hacer nada. Harán algo cuando pase a actos mayores. Cuando encuentre sola a una de nosotras en la calle a la madrugada cuando volvemos a casa. Pero así es todo en éste país, provincia y pueblo. Lamentablemente y tristemente es así”.
Por último, otra de las mujeres que pasó por situaciones similares, narró: “Eran más o menos las 8 de la noche, estaba oscuro. Mi mamá salió a juntar una ropa que le quedaba colgada y vio a una persona en el patio. Enseguida empezó a gritar y nosotros salimos, pero se trepó enseguida por el tapial y saltó a lo del vecino, y se escapó. Estaba en una parte del patio que da a la ventana de una habitación y también la ventana del baño, así que suponemos que espiaba por ahí”.
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