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viernes 26 de abril del 2024

Dengue: medidas de prevención

El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes Aegypti. Cuando el insecto se alimenta con sangre de una persona enferma de dengue y luego pica a otros, les transmite esta enfermedad.

El contagio solo se produce por la picadura de los mosquitos infectados, nunca de una persona a otra, ni a través de objetos o de la leche materna.

Es grave cuando se producen hemorragias, por lo tanto, se recomienda estar alerta ante la aparición de los siguientes síntomas:

  • Dolor abdominal intenso y continuo.
  • Vómitos persistentes.
  • Sangrado de mucosas (encías, nariz, vagina, etc.).
  • Cambios en el estado mental (mayor somnolencia o irritabilidad).

Ante la presencia de estos síntomas el Ministerio de Salud recomienda dirigirse en forma urgente a un hospital y no automedicarse.

Testeos

El Dengue se puede detectar mediante un test rápido de sangre entre el 1 y 5 día de aparición de los síntomas. El resultado se obtiene en menos de una hora.

Habitualmente se realizan los llamados test de serología, que miden en el suero del paciente los anticuerpos dirigidos frente al virus del dengue. El resultado suele ser positivo tras los primeros 3-5 días del inicio de la fiebre.

No existe ningún medicamento en la actualidad dirigido a combatir el virus del dengue.

Suele administrarse:

  • Paracetamol.
  • Nunca debe utilizarse aspirina ni ibuprofeno.

Para evitar la deshidratación se deben tomar abundantes líquidos y guardar reposo en cama.

Si el paciente tiene manifestaciones de dengue hemorrágico, debe acudir a un centro hospitalario, ya que probablemente necesite fluidos por vía endovenosa.

Se debe, además, vigilar de cerca los signos vitales como el pulso, la frecuencia cardíaca y la presión arterial para determinar cualquier signo de shock.

Cómo prevenirlo

El mosquito transmisor del dengue vive en los recipientes que contienen agua dentro de la casa y en sus alrededores. Por eso, para prevenir la enfermedad es importante:

  • Desechar todos los objetos que no se utilicen que estén al aire libre y puedan acumular agua: latas, botellas, juguetes.
  • Cubrir los depósitos de agua y cambiar diariamente el agua de los bebederos de los animales.
  • Colocar arena o tierra húmeda en los floreros o cambiar el agua diariamente.
  • Llenar con tierra o arena los charcos y lugares donde se acumule agua de lluvia.
  • Protegerse de las picaduras con pantalones y remeras de manga larga; usar repelente sobre la piel y ropa (repitiendo la aplicación cada 3 horas); y colocar mosquiteros en puertas y ventanas.