Este lunes el Ministerio de Economía oficializó el «dólar soja 2» anunciado por su titular, Sergio Massa, la semana pasada. El Decreto 787/2022, firmado por el presidente Alberto Fernández y todo su Gabinete, se publicó este lunes en el Boletín Oficial y dispone el restablecimiento del tipo de cambio diferenciado para la exportación de soja y derivados a $ 230.
Sin embargo, la medida recibió rechazos. “La verdad es que estamos en contra, porque se necesitan medidas de otro tipo, un plan de estabilización macroeconómica y un sólo tipo de cambio. Estas son medidas para acelerar la recaudación de divisas, en un acuerdo entre exportadores y el gobierno”, expresó, al aire del programa El Puente, que se emite por Radio Mitre Rosario, María Soledad Aramendi, presidenta de la Sociedad Rural de Rosario.
Y agregó: “Pero el gobierno no se da cuenta, pero esto genera grandes distorsiones en los precios de otros productos. Además, la recaudación va de la mano con la emisión, y sabemos lo que genera la emisión, es decir, inflación y aumento de la brecha cambiaria”.
Asimismo, la dirigente aseguró que “alienta la renta agropecuaria, hoy el 60% de los campos son arrendados, están puestos en alquiler, y esto beneficia al arrendatario, pero no al productor legítimo, que muchas veces por las obligaciones, la compra de insumos, tiene que vender a un precio más bajo. Y en un momento así quizás el arrendatario quiere liquidar y tiene que pagar un mayor precio”.
“Afecta gravemente al productor y está generando grandes distorsiones al resto de la cadena, porque la soja no solamente se exporta, sino que también consume la producción aviar, la producción porcina, los feed-lots, lácteos”, amplió Aramendi.
Si bien se cree que puede haber compensación a algunas de estas cadenas, “no se habla de lo que es feed-lots, generando también una baja en los puntos de retención de la harina y aceite de soja, y por qué no lo hacen con la producción en general. De este modo, se está beneficiando la industria y no el productor legítimo”, comentó.
Respecto al motivo de la medida, expresó: “El objetivo es aumentar la recaudación, por obligaciones que tendrán, pero que nos perjudica a toda la ciudadanía generando mayor inflación y mayor brecha cambiaria. Y a su vez también afecta al resto de las producciones”.
“Lo más probable es que después de este dólar soja, tengamos otro en marzo, y así cada tres meses, cuando en realidad necesitás un plan macroeconómico”, continuó.
Finalmente, Aramendi indicó: “Un productor en Estados Unidos cobra por el valor de la soja 530 dólares, mientras que en Argentina el productor cobra 220 dólares, y con esta medida a lo sumo 250. Esa es la brecha que tenemos y por eso el productor se queja”.