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viernes 26 de abril del 2024

De la tragedia de Salta 2141 a ser un Rey Mago

Por Joaquín Tell

El seis de agosto de 2013 significó un cambio radical en la vida de los integrantes de 21 familias, que vieron como parientes perdían su vida en la máxima tragedia ocurrida en Rosario. Una de estas personas es Adrián Gianangelo. «El colo», como lo conocen en Arteaga, vivía con su hermana en el mismo departamento y cursaba el tercer año de Abogacía. Hace casi cinco años, sufrió la pérdida de Débora, una chica de veinte años que empezaba a hacer el mismo camino universitario que su hermano.

Este sábado, Adrián, su familia, amigos de Arteaga, Bomberos Zapadores y familiares de víctimas de la explosión de Salta 2141, se disfrazarán de Reyes Magos y repartirán juguetes a los niños que se acerquen al lugar. Es el cuarto año consecutivo que realiza esta colecta en la ciudad, que ya es tradición en el pueblo natal de Gianangelo.

«La idea de repartir disfrazados de los Reyes Magos. Es una tradición de mi pueblo, Arteaga, que se realiza hace más de 46 años. A partir de la tragedia, y viendo la solidaridad de la ciudad, decidimos comenzar con esa tradición en Rosario». Los que se acerquen al lugar de la colecta reconocerán rápidamente a Adrián: se suele disfrazar de Gaspar.

La vida de Gianangelo tuvo muchos reveses desde un principio. A los siete años, visitó varios hospitales de nuestra ciudad en búsqueda de la cura de una enfermedad que lo complicaba: tenía leucemia. Fue entonces cuando la familia comenzó a vislumbrar la solidaridad de muchas personas, tanto en su pueblo como en Rosario.

El Colo admite que la movida que está realizando en Rosario tiene que ver con toda la ayuda que recibió de la gente a lo largo de su vida. «Eso repercute ahora y es por eso que tratamos de devolver algo de los que nos dieron en los momentos difíciles». Y en ese sentido, Gianangelo contó lo mucho que le costó a su familia asimilar la pérdida de un ser querido. «La verdad es que después de la tragedia de salta 2141 mis papás estaban por bajar los brazos. Pero todos los presentes y las palabras de ánimos tanto en mi pueblo como acá te motivan a seguir el camino que estamos haciendo», expresó.

Mientras charla con Rosario Nuestro, Adrián cuenta que en estos días recibirá una noticia que volverá a cambiarle rotundamente la vida. Esta vez, algo bueno y muy esperado: antes de este fin de semana, su esposa dará a luz a su primer hijo.

En cuanto a la colecta de juguetes, Gianangelo admite que con lo que se recibió desde Arteaga ya se cubrió el cupo para los juguetes de este año. Sin embargo, se seguirán recibiendo donaciones y las mismas serán entregadas en la colecta de 2019. Durante el tiempo que transcurra entre una colecta y otra, los presentes serán enviados a su pueblo natal, donde su madre y allegados se encargarán arreglarlos y dejarlos como nuevos.

«La felicidad de los chicos al ver a los Reyes Magos es el mejor regalo que podemos tener. Y la alegría no es solo de los chicos», dice Adrián. Y se explica: hace unos años, la madre de un niño rompió en llanto cuando los vio disfrazados, alegando que había sido su sueño y el de su hijo poder ver a los Reyes Magos en algún momento de su vida.

«La verdad es que después de la tragedia de salta 2141 mis papás estaban por bajar los brazos. Pero todos los presentes y las palabras de ánimos tanto en en mi pueblo como acá te motivan a seguir el camino que estamos haciendo».

Cuando se habla de Débora, una de las víctimas fatales de la mayor tragedia que sacudió a Rosario, al Colo se le cambia la voz y habla con una alegría que emociona. «Ella era mi hermanita, mi mejor amiga, vivíamos juntos, estudiábamos lo mismo, la relación que teníamos era excelente. Ella estaría realmente orgullosa y contenta de lo que estamos haciendo».

La invitación ya está hecha. Este sábado seis de enero, Adrián Gianangelo, acompañado de familiares y amigos, comenzará, a las nueve de la mañana, una recorrida por la ciudad abordo de un auto bomba de los bomberos zapadores. La idea principal es repartir juguetes a los niños. La consigna, transformar dolor en amor.