Durante las últimas semanas y en las ciudades más importantes del país, creció considerablemente la demanda de la vacuna de la fiebre amarilla. En su gran mayoría se trata de turistas argentinos que están próximos a viajar a Brasil, quienes terminan cayendo en grandes colas y sensaciones de nerviosismo e incertidumbre. En diálogo con Radio Mitre Rosario, el médico infectólogo Daniel Stamboulian, analizó este fenómeno, aclaró el panorama y despejó todas las dudas.
“Como las vacunas no son accesibles, la gente tiene que saber que la posibilidad de fiebre amarilla es una situación muy excepcional. Uno puede ir y hacer lo mismo que hace con el dengue y el zika, es decir, usar repelente y cuidarse que no lo piquen los mosquitos. No hay que desesperarse. Si se consigue la vacuna, lo mejor es aplicarla. Sin embargo, las posibilidades son tan escasas, que uno puede ir sin vacunarse”, explicó una de las eminencias en la materia.
Esta aclaración de Stamboulian no coincide con la locura que se vivió en Rosario y otras ciudades de Argentina, donde las largas colas y la desesperación de los turistas fueron moneda corriente. Al respecto, el médico apuntó que durante el año pasado se produjeron en Brasil varios casos y “algunas muertes” por fiebre amarilla, que llevaron a que las autoridades de la Organización Mundial de la Salud realicen diversas recomendaciones.
“Los casos se extendieron desde el norte a ciudades como Bahía, Río de Janeiro y San Pablo. Por eso dijeron que es conveniente para el que va a esas ciudades que se vacune. No los que viajan a Florianópolis o las costas del sur”, detalló. Stamboulian se esforzó en dejar bien en claro que la posibilidad de contagio de fiebre amarilla es “excepcional” y que ni siquiera la gente de San Pablo o Río de Janeiro “sabe que tiene que vacunarse”.
Por último, el infectólogo entregó algunos datos puntuales e informaciones claves a considerar: “La prevención se recomienda después de los 9 meses, no es conveniente para personas embarazadas o mayores a 60 años. Y en general, se debe aplicar 10 días antes de viajar. La vacuna dura toda la vida. El que se la coloca una vez, tiene que ir a que le recambien el certificado. Y como ya se dijo, la situación es tan excepcional que los que no tienen la vacuna, que viajen igual.”
