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miercoles 08 de mayo del 2024

Cuphead: un juego desafiante reflejado en la animación de los ’30

Cuphead es la sensación del momento en cuanto a videojuegos indie para PC y Xbox One. Se trata de un juego de plataformas que se apoya en dos pilares fundamentales: su increíble imaginación visual y su simple jugabilidad.

Lo primero que salta a la vista, es la calidad gráfica del título, que toma las influencias de los dibujos animados de los años 30 y de la factoría Fleischer, que se complementa con sus simpáticos y adecuados efectos sonoros y con la música: extraordinarias piezas originales de jazz que amenizan y acompañan a la perfección, poniendo el acento justo de tensión a cada uno de los momentos del juego.

Sus gráficos están diseñados con la técnica de animación Rubber-hose, que se basa en hacer «extremidades de la manguera»: brazos y piernas, que normalmente son curvas, simples. Personajes como Betty Boop, Popeye: el Marino, o El Gato Félix nacieron en la pantalla bajo esta forma y hoy en día son inmortales.

Causa una suerte de añoranza en la gente adulta al rememorar con sus gráficos a estos viejos personajes y hacerlos pensar que hoy en día pueden jugar con algo que parece de su época, de cuando de pequeños veían en el televisor de sus padres a sus dibujos animados favoritos.

Su jugabilidad es muy simple: podemos saltar, disparar, hacer un ‘dash’ para esquivar y un ‘parry’. Usaremos los botones justos, y la precisión de movimiento es brutal, evitando complicar las cosas innecesariamente. Los comandos son sumamente sencillos y se pueden configurar como quieras. Sobre esto se añaden progresivamente capas de jugabilidad con los movimientos especiales y el súper, o la posibilidad de equipar dos disparos, entre las distintas que vayamos desbloqueando en la tienda del juego. El hecho de que tenga una tienda no es menor, porque nos recuerda que, a pesar de sus gráficos antiguos, estamos jugando un título contemporáneo.

Basándonos estrictamente en el juego, la historia de inicio es simple: Cuphead y Mugman, los protagonistas, van al casino del diablo y pierden su alma en una apuesta con él. Para evitar dársela, tienen que cobrarle sus deudas, acabando con sus múltiples deudores. Un planteamiento argumental simple, pero efectivo, que es contado a través de una serie de diapositivas.

Inicia con una campaña por tres mundos en las que encontramos y desbloqueamos las distintas fases de plataformas y los combates con los enemigos. Cada fase o combate nos sorprende con algo nuevo. Este juego hace más hincapié en los combates con los jefes finales que en las fases de plataformas, dejando que sean los grandes enemigos los que tomen el protagonismo.

Cuphead trata de recuperar la esencia de los juegos ‘viejitos’, aquellos que nos hacían transpirar sangre y ser un manojo de nervios para terminar cada misión. Puede que su estética retro haga que pienses que estás ante un juego gracioso y liviano, pero eso no es lo que te ofrece este título. Es todo un reto, y superarlo limpiamente está al alcance de unos pulgares bien entrenados y una buena dosis de paciencia. Si sos lo suficientemente insistente y no te dejas apabullar por tus constantes muertes en pantalla, disfrutarás como nunca de una acción desenfrenada.

No encontrarás ninguna plataforma de acción como Cuphead. Sus apartados técnicos y artísticos, basados en las Merrie Melodies de los años 30, son de lo mejorcito que hemos visto en mucho, mucho tiempo y, si no te dejas intimidar por su dificultad, vivirás una experiencia y una historia alucinante.

Es un título con mecánicas de la vieja escuela, dificultad que reta pero que recompensa. Y quien acepte el pacto que sus autores le tienden, se encontrará con una joya de disparos, plataformas y cierta estrategia, de ritmo aplastante, avance exigente y mucha recompensa. Porque, es lo que buscamos todos de un videojuego, que nos rete y poder superar sus desafíos para sentir que nos hemos ganado ese ‘Logro’ que acaba de saltar. Cuphead no se lo pone fácil al jugador, pero pasar sus Jefes te complacerá sobremanera.

Mirá el tráiler: