Cuando los niños más pequeños ingresan por primera vez a los jardines maternales, su sistema inmune aún no está del todo desarrollado debido a que aún no se han expuesto a los múltiples microorganismos como virus, bacterias, hongos y parásitos que habitualmente causan enfermedades infecciosas.
Las actividades como jugar y comer facilitan el contacto cercano, sumado al hábito de los más pequeños de llevarse los juguetes a la boca, lo que permite que las infecciones se propaguen rápidamente.
Las infecciones más habituales
Las infecciones respiratorias y las gastrointestinales son las enfermedades más frecuentes que se presentan durante toda la etapa preescolar y escolar.
Las infecciones respiratorias a menudo causan tos y resfrío que suelen durar algunos días, la mayoría resuelve sin tratamiento específico y sin complicaciones.
Se estima que, en promedio, un niño menor de 2 años puede presentar entre 6 y 8 infecciones respiratorias banales al año y a medida que va creciendo estos cuadros suelen ser menos frecuentes.
Las bronquiolitis son las infecciones más frecuentes en los niños menores de 2 años, son de causa viral y a menudo se presentan durante los meses de invierno.
La influenza o virus de la gripe afecta la vía respiratoria y es más frecuente también durante los meses de invierno. Es característica la aparición rápida de la fiebre, con dolor de cabeza, dolores musculares, tos y dolor de garganta. La vacunación constituye la principal herramienta de prevención.
La neumonía es una infección que compromete los pulmones y pueden ser virales o bacterianas. Los virus que con mayor frecuencia la causan son el sincicial respiratorio, influenza y adenovirus. Entre las bacterias, el neumococo es la causa más habitual. Las vacunas contra la gripe y el neumococo son efectivas para la prevención de la neumonía.
Prevención
- Fomentar el correcto y frecuente lavado de manos, sobre todo después de cada visita al baño, antes de comer y al regresar de los recreos.
- Inculcar la práctica de protección de la boca con el antebrazo al toser o estornudar.
- Desalentar que los niños lleven los útiles o sus manos a la boca.
- Desalentar que los niños compartan utensilios personales, como cubiertos, sorbetes, etc.
- Asegurarse de que las instituciones apliquen rutinas de limpieza y desinfección en forma periódica (en pupitres, teclados, y todas las superficies de contacto habitual).
- Promover que los niños y docentes mantengan las aulas ventiladas y permitan la entrada de luz solar. Promover el uso de aerosoles desinfectantes en aulas y baños.
- Repetir el lavado de manos y la desinfección de objetos, cuando se regresa a casa desde el colegio o trabajo.
- Para evitar la diseminación de enfermedades infecciosas y preservar la salud del niño enfermo se han definido criterios de exclusión teniendo en cuenta los síntomas que presente el niño y las indicaciones del médico pediatra.
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