La provincia puso en marcha esta semana la plantación de 200 plantas de cannabis para comenzar a desarrollar los primeros lotes de aceite medicinal y cosechó críticas opositoras.
“La situación de la salud en la provincia de Santa Fe es bastante crítica y verlo al gobernador con una plantita de marihuana como si fuera una cosa graciosa nos preocupa”, afirmó Nicolás Mayoraz, diputado provincial y presidente del bloque Vida y Familia, en diálogo con El Puente (Radio Mitre Rosario).
El Estado provincial avanzó con la medida a partir de una normativa sancionada en 2016 en la Legislatura provincial, la cual habilita el cultivo de plantas de marihuana para fines terapéuticos. En principio, el gobernador dio comienzo el martes pasado a una prueba piloto con 200 plantas.
En ese punto, Mayoraz recordó que desde el bloque se opusieron a la ley de autocultivo: “Si tiene que haber cannabis medicinal lo tiene que hacer el Estado, porque estamos hablando de un producto medicinal no de un perfume”.
“La salud pública está en una situación muy delicada y me da la impresión de que el gobernador prefiere estar plantando planties de marihuana en lugar de estar atendiendo realmente los problemas que estamos teniendo los santafesinos”, indicó el legislador.
En esa línea, enumeró algunos de los problemas a su criterio que padece el sistema de salud santafesino. En primer lugar, dejó en claro que “tenemos un Iapos explotado, donde no dan prestaciones, no se cumplen ni siquiera sentencias judiciales que le ordenan brindar prestaciones de medicamentos esenciales; tenemos hospitales sin terminar; en Villa Constitución que no hay una guardia pediátrica”.
Por último, fue consultado sobre cómo evalúa la gestión de Omar Perotti: “La veo muy floja. No arrancó por la pandemia, pero pasó la pandemia y seguimos sin arrancar. En materia de seguridad seguimos sin resolver los problemas claves que tenemos, que es la inseguridad, sobre todo en Rosario”
“Seguimos con la misma agenda de discurso, entregando una camioneta acá y allá, pero el problema central no lo resolvemos. Los presos siguen trabajando desde las cárceles como si fuera su home office, dando órdenes por celular e indicando a quien hay que matar y apretar”, concluyó Mayoraz.
