A metros de donde fue perpetrado el crimen de un joven de 23 años la madrugada del jueves en barrio Nuevo Alberdi, funciona un comedor, al que asisten decenas de niños y niñas por día. Así lo relató una vecina de la zona, titular del espacio solidario, que se mostró aterrorizada por lo sucedido.
El ataque, en el que resultó herido otro muchacho, ocurrió en Gazcón y Pasaje Fontana. Según las primeras informaciones, los agresores gatillaron más de 50 veces. La víctima era una persona con discapacidad, de quien se desconocen mayores datos.
«Tengo miedo. Yo tengo un comedor con copa de leche. Se escucharon millones de disparos y que gritaban ‘policía’, yo pensé que iban a hacer un allanamiento», expresó la mujer, aterrorizada, y pidió que no la enfocaran las cámaras de los canales de televisión que filmaban el lugar.
Por otra parte, aseguró: «El muchacho (el fallecido) se había mudado hace poco. Era inválido (estaba en silla de ruedas). Si lo vi dos veces es mucho. Ala que veía siempre era a la chica que salía con el nene al jardín o a hacer un mandado».
En todo momento aclaró que no conocía al joven asesinado y explicó: «El fiscal nos pidió que por favor dejemos ingresar a los familiares porque estaba lloviendo», contó y remarcó: «Yo no sé su historia, su vida ni quiero saberla».
Tras ser consultada acerca de la cantidad de tiros que se escucharon durante el cruento episodio respondió: «Una banda. Yo me escondí. Tengo un ventanal de vidrio.
«¿Qué hubiese pasado si hubiese sido de día, cuando vienen los chicos a buscar la copa de leche?», se preguntó, consternada.
