En un contexto de aumento de los contagios por coronavirus en la ciudad, con un promedio de mil casos positivos por día, y con un sistema de salud al borde del colapso, un grupo de profesionales nucleados en la Asamblea de Médicos de Rosario, encabezó una impactante manifestación frente al Monumento con cruces clavadas en la tierra para visibilizar la dramática situación sanitaria y reclamar a las autoridades que presionen el «botón rojo».
Según, la doctora Valeria Bulla, integrante de la asamblea, «hoy las muertes son evitables» en Rosario. Por ese motivo los trabajadores de la salud exigen la acción política inmediata con la consecuente implementación de un esquema de cuarentenas intermitentes.
«El botón rojo significa una estrategia distinta para afrontar la pandemia. En este momento epidemiológico de Rosario, su área metropolitana y algunos departamentos del sur de la provincia de Santa Fe el sistema de fases no va más. Es necesario pensar en otra cosa», explicó Bulla al aire de una entrevista en el programa El Puente, que se emite por Radio Mitre.
«Por eso nosotros no decimos que hay que volver a fase 1 sino avanzar en un esquema de intermitencia planificada. Un período no muy largo, de 9 o 10 días de aislamiento para poder después tener un período de apertura controlada», continuó.
Sobre las rehabilitaciones posteriores al cierre total, la profesional se refirió a lo aprendido en cuanto a los comportamientos sociales de alto y bajo riesgo y se explayó: «Deberíamos planificar muy bien ese momento de apertura para que todas las actividades sean con el mínimo riesgo de contagios porque eso hace que disminuya la cantidad de muertes y hoy las muertes son evitables».
Para la médica, lo que se necesita en un momento tan crítico como el que atraviesa la ciudad es «una supresión de la circulación viral para que la cantidad de muertos sea menor, aun teniendo camas de terapia intensiva.
Las camas no son el único indicador para las decisiones sanitarias
En tanto, si bien Bulla rescató el recurso de las camas de terapia intensiva como una variable clave para la toma de decisiones sanitarias, consideró que no es el único indicador a tener en cuenta y planteó: «Si mañana llenamos el hipódromo (centro de aislamiento) con 2 mil camas de terapia y tuviéramos el personal para atenderlo, es muy probable que la gente se muera igual».
Bulla puso el foco en la complejidad que implica para un paciente el proceso de una internación en una Unidad de Terapia Intensiva (UTI) y precisó una cifra estremecedora.»Entre el 70 y el 80 por ciento de las personas que se internan en terapia, con respirador, mayores de 60 años, se mueren».
Los rosarinos controlaron al coronavirus
Además, la integrante de la asamblea de médicos locales se remontó a algún tiempo atrás cuando en Rosario se logró cortar la circulación comunitaria del coronavirus gracias a las medidas tomadas.
«En Rosario y su área metropolitana pudimos controlar e incluso suspender la circulación viral», recordó la médica acerca de lo acontecido hace algunos meses atrás entre mayo y junio. «Estuvimos prácticamente 20 días con cero casos y sin fallecidos. Eso no lo hizo el sistema de salud de salud de Nueva Zelanda; lo hizo la población y el sistema de salud de Rosario». De ahí conluyó que «con un cambio de estrategia este sistema de salud y esta ciudadanía en conjunto podemos pensar en volver a suprimir la curva».
