Por Ignacio Pellizzón
No hay registros en la historia moderna de Rosario en la que el millón y medio de habitantes hayan tenido que encerrarse por más de setenta días consecutivos. Sin dudas, esta situación sin precedentes, generó que los focos de conflicto entre vecinas y vecinos se hayan deslizado hacia otro contexto. También, el confinamiento agravó la violencia de género llegando a niveles muy preocupantes.
Con temperaturas primaverales, el inicio del aislamiento obligatorio se tornó interesante para los sectores medios de la ciudad que vieron una oportunidad para tomar sol, ver películas y series, leer libros que tenían abandonados, realizar tareas de mantenimiento en sus casas, entre otros.
A medida que iban pasando los días y la cuarentena se iba extendiendo por decreto presidencial, la convivencia entre los rosarinos empezó a tornarse más compleja. El hecho de no poder salir, sobre todo los fines de semana, provocó que las actividades que solían realizar al aire libre se trasladaran dentro de sus hogares, tales como tocar instrumentos, hacer deportes, arreglar muebles, elevar la voz con las videollamadas.
Mientras tanto, muchas personas vieron reducidos sus salarios en más de un 20%, otros fueron despedidos y cesanteados de sus trabajos. La incertidumbre por un futuro incierto se apoderó del humor social y disparó los conflictos que, mes a mes, se fueron incrementando a niveles que desde la secretaría de Control y Convivencia calificaron de “altos”.
El registro de denuncias por ruidos molestos elaborado por la Municipalidad da muestra de cómo la convivencia en cuarentena se fue desequilibrando a medida que pasaban los meses. Según el informe al que accedió Rosario Nuestro, las denuncias llegaron a duplicarse en el mes más álgido del confinamiento.
En febrero, antes de que comenzara la cuarentena, se recibieron un total de 698 denuncias; en marzo –el aislamiento comenzó el 20- se contabilizaron 975; en abril –en pleno encierro- se registraron 1.211 denuncias por ruidos molestos; en mayo disminuyeron casi a la mitad con 721.
La secretaria de Control y Convivencia, Carolina Labayrú, admitió a Rosario Nuestro que la situación no fue sencilla de manejar, porque “al tratarse de denuncias residenciales entre privados el municipio más que llamados de atención no puede hacer”.
Por lo general, este tipo de denuncias se suelen recibir por parte de vecinos que “se quejan del funcionamiento de algún comercio. Por ende, el municipio tiene facultades y herramientas más concretas para sancionar en caso de reiteraciones o exacerbaciones”, explicó, pero el contexto cambió el tipo de reclamo.
En el informe se destaca que el 67% de las denuncias por ruidos molestos se generaron en residencias, el 11% fueron referidas a comercios, el 5% a obras en construcción y 1% a iglesias, mientras que el porcentaje restante corresponde a varias.
La mayoría de los conflictos que provocaron que las vecinas y vecinos se comunicaran para realizar denuncias se originaron entre las 20 y las 2 de la madrugada, con un marcado aumento los viernes y sábados.
A modo de cierre, Labayrú destacó que en los últimos dos meses tuvieron que realizar desde la secretaría de Control y Convivencia denuncias en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) a algunos consorcios de edificios por distintas agresiones que sufrieron algunos agentes.
La otra pandemia
A pocos días de cumplirse el quinto aniversario de la primera marcha del Ni Una Menos, en Rosario se registraron más de cinco mil situaciones de violencia contra la mujer desde el inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio hasta fin de abril. Así lo reveló un nuevo informe del Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec) y el Observatorio de Seguridad Pública que contabiliza estos casos en la región.
El conteo señala que, en el periodo que va del 20 de marzo al 27 de abril de este año, se registraron 5.575 situaciones de violencia de género en Rosario. En Santa Fe, el relevamiento marca 2.027 casos por lo que la suma total asciende a 7.602.
Por otro lado, el informe subraya la prevalencia diaria de registros de situaciones de violencia hacia la mujer en el mismo período de tiempo. En este caso, se advierte que en Rosario se constataron 441 casos diarios, mientras que en Santa Fe llega a 160, por lo que el total de registros asciende a 601.
A modo de conclusión, se detalla que los registros de violencia de género en el tercer período del aislamiento (del 14 al 27 de abril) muestran un leve descenso tanto en Santa Fe como en Rosario. Asimismo, se visualiza un pico marcado en el segundo período y un descenso hacia el tercer período registrado.
Boom de alertas
Desde la Secretaría de Género, que dirige Mariana Caminotti, informaron a Rosario Nuestro que entre el 20 de marzo y el 20 de mayo se registraron en los servicios de atención a la víctima por violencia de género, a través del Teléfono Verde (0800 444 0420) y el nuevo Whatsapp (3415-781509), un total de 1.492 consultas.
Esta cifra se traduce en un aumento del 50% si se compara con el promedio que solía recibir solamente el Teléfono Verde antes de la cuarentena, que no superaba los 20 llamados diarios, mientras que ahora el número ascendió a casi 30 diarios.
“Solamente el Whatsapp recibió 658 mensajes, con lo cual es una clara muestra de que el nuevo canal de comunicación de mensajería es muy útil y lo vamos a mantener aún después de que finalice la pandemia”, aseguró a este medio Caminotti.
El encierro acrecentó el temor no sólo de las cientos de miles de mujeres que deben convivir con sus agresores, sino también de vecinos, amigos y familiares que tomaron la decisión de alertar al municipio y a las autoridades en casos puntuales.
La violencia machista es un flagelo que está enquistado en la sociedad y que el aislamiento obligatorio agudiza. El temor a ser golpeadas brutalmente por sus convivientes o por los que podrían violar el distanciamiento impuesto por la Justicia es tan alto que pareciera que no hay canal de comunicación que alcance.
Otro punto clave que demuestra la gravedad del aumento de casos de violencia de género durante los primeros 60 días de aislamiento, es que hubo un total de siete ingresos a los Centros de Protección del municipio para mujeres víctimas de violencia que tuvieron que dejar sus hogares.
A su vez, las alertas no solamente llegaron a los canales de comunicación de la Municipalidad, sino también por vía judicial. Según informaron a este medio desde la oficina de Violencia de Género, que trabaja bajo la órbita del Ministerio Público de la Acusación (MPA), se recibieron en los últimos dos meses, entre comisaría y sistema online, entre 500 y 600 denuncias por diversos temores, señalaron.
Los datos surgen de Rosario y Gran Rosario, aunque desde el MPA aclararon que no todos esos números de denuncias llegan a detenciones o medidas judiciales, porque se van evaluando las informaciones aportadas en cada denuncia y muchas no llegan a ser concretas.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión