La serie furor de los últimos días, «El Presidente» la cual se estrenó el pasado viernes 5 de junio en la platafroma de streaming Amazon Prime, ya causó todo tipo de controversias en torno a cuáles son los hechos reales dentro de la misma, cuáles están exagerados o qué escenas nunca exitieron en el marco del FIFA Gate, el escándalo de corrupción que involucró a dirigentes del fútbol mundial.

Al tratarse de una producción chilena, se centra en el personaje de Sergio Jadue (interpretado por el colombiano Andrés Parra), el dirigente trasandino que tuvo un vertiginoso ascenso desde la presidencia de Unión La Calera a comandar los destinos de la Asoción Nacional de Fútbol Profesional del vecino país, pasando por un alto cargo en la CONMEBOL y culminando como informante del FBI en la investigación contra sus colegas sudamericanos, lo cual le valió quedar como «testigo protegido» en Miami, Estados Unidos, sin caer tras las rejas.

En la serie, se muestra como Julio Humberto Grondona (Luis Margani) tiene una relación casi de padre e hijo con el joven Jadue que a comienzos de 2011 a sus 31 años debía representar a Chile en la sede de la Confederación sudamericana en Luque, Paraguay, codeándose con los dirigentes mucho más experimentados de las diferentes naciones. Según esta ficción, el ex mandamás de AFA y vicepresidente de FIFA, fue un habitual consejero del, hasta ese entonces, desconocido directivo.

Ahora bien, qué tan real fue la versión que «El Presidente» muestra de ese vínculo y cuánto hay de ficción. Las respuestas las tiene el periodista Fernando Tapia, coautor de «Juego Sucio», el libro publicado en 2018 que narra los sucesos que llevaron a la caída de Jadue y brinda detalles de los hechos de corrupción en torno a la elección de Rusia y Qatar como sedes para los Mundiales de 2018 y 2022 respectivamente.

«Hay que partir de la base que la serie es una parodia, casi una sátira. Muchos de los hechos relacionados con Jadue están exagerados, o definitivamente distanciados de la realidad», aseguró Tapia en diálogo con Rosario Nuestro y agregó: «En relación con Grondona, efectivamente Jadue solía compartir con su grupo íntimo o estrecho, que recibía consejos de él. Uno que lo marcó mucho fue el lema del «todo pasa», a propósito de uno de los tantos momentos críticos que atravesó Chile».

De acuerdo a las versiones que el propio ex presidente de la ANFP les entregaba a los periodistas del otro lado de la cordillera, el escritor contó que «fue Grondona quien también le hizo entender que siendo el más joven de los presidentes de la CONMEBOL, tenía que ganarse la confianza de los demás. En otras palabras, también aceptar las ‘comisiones'».

«La serie establece que Grondona apadrinó a Jadue dentro de la CONMEBOL, especialmente en el arte de la corrupción», afirmó el periodista, quien además dejó en claro a qué conclusión llgó junto a los colegas que investigaron el ascenso y caída del directivo: «Pudo haber recibido consejos de Grondona, y probablemente en sus sueños hubiese querido ser como Grondona».

De todas maneras, según la investigación de Tapia, el dirigente que se convirtió en espía del FBI en realidad fue bastante más cercano a otros dos pesos pesados del fútbol sudamericano y ex presidentes de la Confederación sudamericana: «Quizás tuvo más relaciones con Juan Ángel Napout y con Eugenio Figueredo. Con este último se veía constantemente en Punta del Este y es de quien aprendió el «arte» de lavar dinero».