Consumo en cuarentena: el asado dejó de ser el corte preferido de los rosarinos ante la ausencia de reuniones sociales
Según datos y estadísticas mundiales, Argentina es el quinto consumidor de asado en el planeta detrás de países como Australia y Estados Unidos. Sin embargo, ante la cuarentena obligatoria dispuesta por el Gobierno para aplanar la curva de contagio de coronavirus, el panorama empezó a cambiar. El aislamiento, que ya lleva casi un mes, modificó algunos hábitos de consumo.
La imposibilidad de salir puso al delivery como una herramienta necesaria y las carnicerías rosarinas no están ajenas a eso. Si bien un buen comprador de carne prefiere el trato directo con su carnicero, el confinamiento y la prevención hacen pensar a muchos si es necesario acercarse al negocio.
Desde la carnicería El Chañar, Andrés, encargado, aseguró que la venta telefónica se intensificó notablemente y sostuvo que hay un antes y un después en la conducta de los clientes. Según relató a este medio, el hábito de charlar con el carnicero y elegir las piezas del mostrador se vio modificado en este lapso, pero eso no duró mucho. Además, reveló que en la última semana se pudo ver más gente dando vueltas comparado con las anteriores «Algunos se toman con más relajación el aislamiento y vuelven a sus costumbres”, expresó.
También hay un notorio cambio en la elección de los cortes por parte de los compradores. El vendedor explicó que, inusitadamente, le sobra asado y en cantidad. Previo a la cuarentena el corte de costilla era difícil de conseguir si no se lo encargaba, prácticamente imposible encontrarlo un sábado a última hora. La situación está lejos de ser así por estos días y los usuarios se vuelcan más por las pulpas.
“La gente busca más para horno o para milanesa, De la media res me está quedando el asado, supongo que es porque este se come en familia y reuniones y una de las cosas que no se puede hacer en la cuarentena es reunirse”, expuso el empleado. Del mismo modo giró una hipótesis más: “En nuestro caso estamos en el centro y hay muchos edificios, hay gente que tiene casas de fin de semana y no está yendo, generalmente esas familias llevan asado. También los amigos que van a club o juegan un partido o los restaurantes que son grandes compradores y ahora están cerrados”.
Por su parte, el representante de la Asociación de Carniceros de Rosario, José García, coincidió con lo planteado por el vendedor: “La falta de reuniones hace que no salga el asado, todos los carniceros estamos guardándolo en el freezer porque no se vende nada”.
Al contrario, en el caso de la venta por delivery, argumentó que esta metodología agrega un costo al producto y que los locales pequeños, atendidos por sus dueños, no pueden absorberlo. “Sin utilizar delivery aumentó notablemente la venta porque el comprador mantiene su costumbre de ir todos los días al local, no como otros rubros donde se hace una compra semanal o quincenal. Tomamos todas las precauciones para ello, hemos puesto un plástico que cubre la parte de arriba del mostrados y atendemos con tapabocas y guantes”, explicó García. “Lo único que no se vende es el asado”, reiteró, “aunque que hay excepciones”. Según el carnicero, aquellos que viven en un barrio o una casa continúan consumiendo aunque en cantidades mínimas.
Por último, García contó que los cortes que más salen y que antes costaba sacar son el brazuelo y el roast beff y que el precio de la carne se mantiene. En tanto, expresó que las pequeñas carnicerías “le han quitado una porción grande de clientes a los supermercados” ya que la gente “no quiere aglomerarse o ir a lugares donde hace grandes colas y espera mucho”. Asimismo, “el ingreso de hacienda es normal”, aseguró el referente y concluyó: “Lo que ha caído mucho en el precio es el novillo pesado, pero eso no afecta al mercado interno es para exportación, el consumo diario es de animales livianos”.
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