La Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) advierte que “el sol emite un conjunto de radiaciones electromagnéticas y parte de ellas puede alcanzar la superficie de la tierra: ultravioleta (UV), luz visible e infrarroja. Si bien poseen efectos beneficiosos en el ser humano, pueden tener efectos perjudiciales en la piel”.
Los efectos a largo plazo comprenden:
- Envejecimiento cutáneo.
- Disminución de las defensas.
- Aparición y desarrollo de cáncer de piel.
- Empeoramiento de erupciones relacionadas con la radiación solar.
Autobronceantes: tono saludable
A medida que ha aumentado el conocimiento de los daños producidos por la exposición a las radiaciones ultravioletas cobra más protagonismo el uso de autobronceantes.
“La mayoría de los autobronceantes funcionan de la misma manera: emplean una sustancia inocua, dihidroxiacetona (DHA) que interactuá con los aminoácidos de las células superficiales para darle un bronceado temporal” explica la licenciada Adriana Raimondi.
“La DHA viene en distintas concentraciones según el producto elegido. Aquellos con un 2% oscurecen levemente la piel y los de 3 a 6% provocan un tono más oscuro” agrega.
¿Cómo se consigue el color?
El color obtenido depende de la cantidad que se emplee, la concentración de DHA, la frecuencia de aplicación y el color natural de la piel.
“Un bronceado artificial no protege de la piel contra los efectos de los rayos del sol. El hecho de que la piel se vea tostada no significa que se haya vuelto más resistente al sol. Por eso, es importante aplicar protector solar antes de exponerse al sol”.
“Para un mejor resultado hay que aplicarlo en pequeñas cantidades, preferentemente luego de una exfoliación y ducha. Además, se debe esparcir de manera pareja para evitar diferencias en la absorción y manchas. La frecuencia puede ser diaria o en días alternos según el resultado buscado” agrega Raimondi.
Tips para protegerse del sol
- Evitar el sol: Principalmente entre las 10 y las 16 hs. Recordar que cuanto menor es la sombra que produce el cuerpo, más intensa será la radiación del sol.
- Priorizar la sombra: Buscar árboles, sombrillas.
- Protegerse aún en días nublados: la mayoría de las nubes no atenúa la radiación UV y algunas incluso pueden actuar como espejo, incrementando la intensidad de los rayos.
- Tener cuidado con las superficies reflexivas: Como nieve, agua, arena, cemento.
- Tener en cuenta que los rayos UVA atraviesan los vidrios (ventanas de autos y hogares, etc).
- Evitar el uso de cama de bronceado artificial (camas solares).
- Vestimenta: Se recomienda usar camisa de manga larga y pantalones. Son preferibles las fibras de trama hermética, telas gruesas, tipo lycra, lana y materiales de poliéster. Los colores oscuros absorben más la radiación que los colores claros. Utilizar sombreros de ala ancha y anteojos de sol.
- Fotoprotección local: El uso regular de los protectores solares (agentes tópicos) ha resultado muy eficiente en cuanto a la prevención de los efectos indeseados de la radiación UV.
Su eficacia depende del tipo de filtro UV, de su fotoestabilidad y la adición de sustancias antioxidantes u otras que potencien su acción.
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