Científicos rosarinos avanzan en el desarrollo de un parche para el tratamiento de infecciones bucales
El equipo de científicos que trabaja en el diseño del dispositivo está conformado por los investigadores del CONICET y miembros del Instituto de Química Rosario (IQUIR) Darío Leonardi, María Celina Lamas, y Claudio Salomón y el becario Guillermo Tejada. También está integrado por el investigador del CONICET que pertenece al Centro de Referencia de Micología (CEREMIC) Maximiliano Sortino. En este momento se encuentran en la etapa de experimentación, realizando diversas pruebas y ensayos para lograr un parche que sea eficiente para el tratamiento de la Candidiasis orofaríngea, con el objetivo que al adherirse a la encía del paciente libere gradualmente un fármaco antifúngico.
Actualmente, el hongo suele combatirse con un enjuague bucal que contiene el antifúngico nistatina. «El problema es que al ser un líquido, no queda adherido a la zona afectada por la micosis, y por lo tanto requiere varias aplicaciones diarias para mantener su efecto terapéutico», indicó Darío Leonardi. Y destacó: «Estamos tratando de crear una alternativa, trabajando en el diseño de parches de pequeño tamaño, de unos 5 milímetros de diámetro. Nuestro objetivo es que se fijen a la encía y liberen gradualmente el fármaco».
«Mi trabajo de tesis doctoral se basó en realizar diferentes prototipos de parches basados en distintas combinaciones y concentraciones de polímeros catiónicos, aniónicos y no iónicos, para ir descartando las que no dan buenos resultados e ir acercándome a la que finalmente va a ser la composición óptima», señaló Guillermo Tejada. Y añadío: «Ahora estoy trabajando con nitrato de miconazol; la idea es probar también con otros fármacos antifúngicos, después con antibacterianos y finalmente preparar un parche que contenga tanto un antifúngico como un antibacteriano, y que de esa manera permita tratar dos patologías simultáneamente».
Para poner a punto el parche y que éste llegue a ser un dispositivo apto para la industria farmacéutica, el grupo evalúa diversos factores. «Cada uno de esos discos es sometido a diferentes pruebas de caracterización, estudios de elasticidad y resistencia a la ruptura para que cuando el parche llegue al paciente, pueda ser manipulado y utilizado sin que se dañe. También hacemos ensayos de adhesividad y de hinchamiento, porque queremos que se pegue en la encía, pero no queremos que en contacto con la saliva aumente su tamaño considerablemente porque podría generar molestias», contó Leonardi.
«También estamos trabajando en la caracterización físico química de la estructura, para saber si el fármaco se encuentra en estado cristalino o si pasó a un estado amorfo, adicionalmente, evaluamos la liberación del principio activo», detalló Claudio Salomón. Y su compañero Maximiliano Sortino sumó: «Estamos atentos a que todo este proceso no inhiba la actividad del fármaco, porque al combinarlo con los polímeros, puede ocurrir que el compuesto deje de ser activo, entonces estamos haciendo una verificación in vitro que es previa a un estudio que podría ser in vivo. Por los resultados que fuimos consiguiendo in vitro,sabemos que el fármaco se libera y elimina el hongo».
Lamas, al respecto del dispositivo en el que están trabajando, indicó: «Es un muy buen modelo, que una vez optimizado, se podría utilizar en otras aplicaciones. Por ejemplo, en el desarrollo de una terapia sublingual de rápida absorción para alojar otro medicamento que necesite ser absorbido rápidamente». Por otro lado, el grupo está trabajando en el desarrollo de films de aplicación vaginal para combatir la Candidiasis vaginal.