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jueves 25 de abril del 2024

Central necesita otro Marco para su cuadro

No caben dudas de que Central necesita la mejor versión de Marco Ruben tanto como el capitán canalla precisa de otra realidad del equipo. Ambas cosas van de la mano para explicar el pobre 2017 que tuvo, aunque queden cuatro partidos, el máximo referente actual del plantel.

Sabido era que el nivel superlativo de 2015 y 2016 con 24 y 22 goles en cada año respectivamente, iba a ser muy difícil de sostener, aunque sí era impensado que su producción se reduzca a apenas cuatro gritos, con un rendimiento desconocido desde su regreso a Arroyito a fines de 2014.

El año de Ruben, que «terminó» con la eliminación de Copa Argentina más allá que quede por ejemplo un clásico por jugar, transcurrió muy diferente a los anteriores dos, con muy malos momentos entre lo personal y lo futbolístico.

De la discusión con Teo Gutiérrez por el penal ante Godoy Cruz, que el arquero Rodrigo Rey le contuvo cuando inició el ciclo Montero, hasta su definición también desde los doce pasos frente a Atlético Tucumán que se perdió entre las nubes del cielo formoseño, pasó mucha agua bajo el puente.

Ruben anduvo entre las semanas seguramente más tristes de su vida extrafutbolística con el fallecimiento de su abuelo, casi un padre para él, su lesión en el tobillo izquierdo de la que debió operarse y la más adversa racha sin convertir (905 minutos) que sólo para que la estadística no sea una mochila más pesada, quebró en un pálido empate ante Tigre.

En el medio de todo ello, el único grito que pudo haber transportado a Ruben a sus mejores momentos cuando se cansaba de romper redes contrarias: la palomita en el clásico en el Coloso cuando el Canalla ganó 3-1.

Será entonces, la principal misión para el entrenador que se haga cargo del equipo en enero y para el propio delantero, recuperar la versión que trajo elogios de propios y extraños, lo que significará sin dudas un beneficio de todo Central.