Negar que Rosario Central a esta altura se encuentra atravesando una crisis futbolística, sería estar lejos de la realidad. La goleada en contra 4-0 ante Arsenal, equipo descendido hace ya algunas fechas y de lo peor de la Superliga, sólo ratifica los innumerables problemas que tiene el conjunto de Arroyito.
En el primer tiempo poco pasaba. El Canalla con algunas individualidades se aproximó al arco de la visita, sobre todo con un mano a mano de Zampedri que demoró en definir y perdió una clara oportunidad.
Nada pasaba, hasta que de golpe todo pasó. Centro de derecha hacia el área auriazul y, desafortunadamente, Paulo Ferrari de cabeza pone, en propia puerta, el 1-0 para el Arse. A los minutos una imprudencia de Mauricio Martínez le costó la roja. Abajo en el marcador y con un hombre menos, todo fue en caída libre para el equipo dirigido, ahora, por José Chamot.
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En una ráfaga, el cuadro que jugará en la B Nacional la próxima temporada, le dio dos cachetazos más -durísimos- a un Central perdido, tirado en la cancha, impreciso, sin ideas y triste. Lomónaco a los 38 y Antilef a los 45, pondrían el 3-0 en el marcador con sólo la primera parte jugada. Tres tantos en 14 minutos.
La segunda mitad estuvo de más. Central lo único que hizo fue esperar que los minutos corran, y Arsenal ponerle un número más abultado al resultado final, con el cuarto gol que llegó a través de Purita.
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Goleada que golpea muy fuerte en Arroyito, y sólo confirma el pésimo momento que atraviesa el club deportivamente. Sin Leo Fernández, ahora con Chamot, y con la mira puesta en San Pablo, Central fue humillado ante uno de los peores equipos del fútbol argentino, sino el peor.
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