Rafael Bielsa escribió una carta para los hinchas de Newell’s y decidió hacerla pública a través de Rosario Nuestro. El político quiso compartir con los socios y simpatizantes leprosos su mirada en vísperas de una nueva asamblea.
En su escrito, Bielsa contó que no podrá estar presente en el acto del próximo lunes 14 por motivos laborales. Además, compartió su visión del presente institucional del club, criticó a la conducción actual con Eduardo Bermúdez a la cabeza y, sobre todo, confesó cuál sería su voto respecto al Balance.
Carta de Rafael Bielsa para el hincha de Newell’s:
La Asamblea del día 14
Las insólitas acrobacias con las que, día tras día, nos aturdieron con la fijación de la fecha de la Asamblea Ordinaria de Socios para la Consideración del Balance 2016-2017 del Club Atlético Newell’s Old Boys, impedirán que esté físicamente presente. Ése día, a las 18:30 horas, tendré que presentar una obra literaria en Palermo, a lo que me había comprometido con mucha anterioridad.
Ha sido tan desconsiderado y pertinaz el manoseo del tema, que resulta difícil -si no imposible- creer en alguna de las distintas versiones. Se trata de la tercera Asamblea para tratar el mismo tema (la primera declarada “inexistente”) y la segunda que sancionó el rechazo del ejercicio contable. Como decían en el barrio del Abasto, donde nací: “¡tanto gre-gre para decir Gregorio!”.
Las cambiantes y movedizas fechas tentativas, no son otra cosa que la enésima versión de la ineptitud de la actual Comisión Directiva, que parece haber descubierto sólo recientemente que en cualquier democracia es necesario exponer previamente los estados contables “ante todas las partes interesadas, buscar una solución de consenso y lograr un acuerdo de sectores que beneficie a la institución”.
Considero que todo este proceso desprolijo y de marchas y contramarchas de esta dirigencia, nos quita seriedad e interlocución ante las autoridades máximas del fútbol argentino (AFA, Superliga); también, frente a eventuales patrocinadores que pudieran mejorar el crédito del Club con la seguridad de que sus inversiones serán recuperadas de acuerdo con lo pactado; y de cara a posibles sponsors que, como se sabe, pelean por tener su nombre en las camisetas de clubes bien administrados y salen corriendo cuando las comisiones pedidas por intermediarios son inaceptables.
Esta deshonra también se traslada al momento de la contratación de nuevos jugadores, frente a la que Ñuls tiene de antemano la limitación de la intervención judicial en la ejecución de sus gastos y el nuevo mecanismo de funcionamiento de la Tesorería, desde que el titular del Juzgado Civil y Comercial Nº 12, Fabián Bellizia, con un fresco dinamismo, resolvió intensificar el control del manejo económico y financiero de Newell’s Old Boys, seguramente sofocado bajo el peso de la cantidad de cheques emitidos que fueron rechazados. Nunca como ahora escuché, de boca de algunos eventuales refuerzos, su falta de interés en vestir la querida rojinegra.
La penúltima vergüenza, no menos fluctuante, fue la promesa de renuncia a su cargo del actual presidente Bermúdez, quien renunció a haber renunciado luego de entrevistarse con el juez, quien (en palabras de Bermúdez) “se mostró muy contento” tras la cumbre, como si se hubiese tratado de la visita de un alumno turbulento a la sala de celadores, dispuesto a bajar el copete. El renunciado y desrenunciado no se privó de aclarar que él “no hacía los balances”, con lo que una vez más, no nos privó de una sonrisa socarrona. Omitió toda referencia a la responsabilidad sobre los actos de gobierno que afectan al Club, como si careciera de ella, en su conducta o en su vocabulario. También puso en blanco sobre negro que el juez se había mostrado alborozado (“muy contento”), al que le había informado cómo estaba la situación del club, (…) sobre la parte económica.
Más allá de la dificultad que tengo -producto de mis limitaciones- en imaginarme el alborozo del juez ante la información que le volcaba Bermúdez, sobre temas que el magistrado conoce sobradamente (y, en todo caso, no precisa de la información bermudiana porque tiene colaboradores a quienes se les paga, al día y muy bien, por colaborar), avergüenza la promesa de realizar esa misma tarde una reunión de Comisión Directiva (03/04/18) que en dicha fecha no tuvo lugar (y no sé si alguna vez lo tuvo).
Por razones laborales conozco la metodología de convocatoria del comité noruego para designar los premios Nobel y puedo asegurar que es mucho más sencilla que sentar en una mesa a todos los miembros de la CD actual, lo que resulta patético.
Ignoro los motivos para la renuncia -o su promesa de renuncia- de Bermúdez pero creo conocer en cambio las razones de su renuncia a renunciar: semejante cazador de talentos, no se iba a perder por nada del mundo el mercado de pases de invierno… Siempre para beneficio de Ñuls, por supuesto.
En ocasión de mi presencia en la última asamblea, leí por las redes los más insólitos insultos: que “no le pongo el cuerpo al Club”; que soy un “portador de apellido”; que “vivo en Buenos Aires y no tengo que meterme”; etcétera.
Poco tengo que decir de cada uno de ellos, salvo pedirle a los que me los cuentan que se abstengan, para no difundir agravios. Pero deseo afirmar que me voy a meter todas las veces que se me ocurra, en la calidad que yo decida y en los momentos en los que lo juzgue necesario. Soy socio vitalicio y soy hincha desde los cuatro años. Hice por Ñuls mucho menos que lo que Ñuls hizo por mí, pero hice todo lo que estuvo a mi alcance para defenderlo de lo que creía que era dañoso, y ningún cuentapropista de las redes me va a decir cómo comportarme. No prometí, no engañé, no incumplí, no pedí. Así voy a seguir.
Reitero un concepto ya escrito: veo sumamente difícil el futuro de la institución como tal, y no me parece que el Gran Timonel y la tripulación (con la excepción de Cristian D’Amico) estén a la altura.
Como no respeto a la CD que hizo el Balance, si hubiese podido asistir a la tercera versión de la misma Asamblea, a la cual reitero me veo imposibilitado de concurrir por cuestiones laborales preacordadas, mi voto hubiese sido idéntico al anterior: el RECHAZO.