La nocturnidad en Pichincha sigue preocupando a los vecinos. De acuerdo a varios testimonios, los fines de semana el barrio se torna difícil de habitar por la proliferación de locales gastronómicos. Ruidos molestos, veredas sucias y peleas callejeras son algunas de las problemáticas que rompen con la tranquilidad de la zona. En ese marco, este viernes comerciantes del área se reunirán con autoridades municipales para encontrar una solución. «Queremos seguir trabajando sin molestar a nadie», aseguró al respecto Reinaldo Bacigalupo, propietario de una cadena de comercios del lugar.
En diálogo con Radio Mitre Rosario, Bacigalupo reveló que el encuentro será el viernes al mediodía con Germán Giró, secretario de Producción y otros funcionarios a confirmar. En tanto, señaló que es el Estado municipal el que debe hacerse cargo de las quejas de los vecinos «en un barrio que está creciendo muchísimo».
Asimismo, lanzó: «No sé cuántos son esos vecinos. Sé que son pocos, algunos son violentos en su trato» y remarcó que los problemas de convivencia «pasan en todo el mundo. Pasó en Palermo». En ese sentido, afirmó que los comerciantes están dispuestos a resolver los conflictos e invitó a los residentes a que participen de la reunión del viernes.
«Nosotros lo que buscamos es seguir trabajando tranquilos sin molestar a nadie», indicó el empresario y añadió: «Si algún vecino tiene razón en su queja por ruidos molestos, porque le dejen la vereda sucia o lo que sea, eso no depende de nosotros», sostuvo y consideró que es el área de Control del municipio la que debe «ordenar» los reclamos.
Por otra parte, el comerciante hizo hincapié en «la cantidad de empleo que se está generando» en Pichincha gracias al desembarco de locales en la zona. «Son más de 1000 puestos de trabajo directos y 2000 indirectos. Nuestra idea es seguir generando empleo y turismo, que es lo que más necesita la ciudad y el país».
Finalmente, Bacigalupo puso el foco en el aumento del valor de las propiedades de Pichincha que, de acuerdo a sus palabras, se incrementó en un 100 por ciento. «No hay que frenar los cambios que son positivos», concluyó.
